En 2008 Juan Villoro, escritor y periodista, publicó “El Libro Salvaje”, una novela en la cual un niño llamado Juan debe vivir con su Tío Tito, un hombre ya mayor quien tiene una impresionante colección de libros, sin embargo hay uno que no ha podido leer, pareciera tener vida propia y se escapa de sus manos en las poquísimas ocasiones cuando llega a atraparlo ¿La razón? El Tío Tito no está listo para leer ese libro salvaje y ha aprendido a esperar el momento propicio para hacerlo, cuando todo se acomode en su vida y el libro llegue solo hasta él.
Para este punto debe estarse preguntando, querido lector ¿Qué diablos hago contándole la trama de un libro en un artículo relacionado a Paul Thomas Anderson? Y la respuesta la vamos a encontrar juntos.
Conozco a Anderson
Fue en 2018 cuando escuché por primera vez el nombre Paul Thomas Anderson. Era la mañana de las nominaciones al Oscar y su película “Phantom Thread” recibía seis nominaciones en distintas categoría incluyendo Mejor Dirección y Mejor Película. En ese momento me pregunté “¿Quién es Paul Thomas Anderson y de qué se trata su película?”. Decidido a averiguarlo conseguí la manera de verla y la quité al poco rato de iniciada pues no entendía qué estaba pasando en ella. Posteriormente hice el intento de verla y no pude.
Comencé a investigar sobre el director y su filmografía, cuáles de sus películas eran imprescindibles (por desgracia para mí todas lo son) y dónde podía verlas, etc. Sin embargo seguía sin convencerme pues “Phantom Thread” me parecía espantosa en todos los sentidos y no podía entenderla, lo cual me frustraba muchísimo. Tras mucho investigar encontré que “Magnolia” estaba en Netflix (en aquel entonces estaba) y me dispuse a verla… luego vi su duración de casi tres horas y me retiré con mi orgullo herido ante la imposibilidad de acercarme a la filmografía del californiano.
Frustración
Crecí un poco más y fui aprendiendo poco a poco de directores, corrientes cinematográficas y la historia del cine en general. Muchos profesores mencionaban a Anderson como uno de los mejores cineastas vivos trabajando actualmente. Esto, fuera de molestarme, me intrigó bastante pues yo recordaba mi mala experiencia con las dos películas que intenté ver. Decidido a cambiar mi percepción sobre el realizador y su cine (además de aprovechar el encierro de la cuarentena) conseguí “Punch-Drunk Love”, “There Will Be Blood” y “The Master”, algunas de sus mejores películas y me dispuse a verlas, a aprender, iba con la mente abierta y todas las ganas del mundo por aprender de PTA, sin embargo fracasé nuevamente.
Primero quise ver “Punch-Drunk Love”, comedia romántica protagonizada por Adam Sandler en uno de sus mejores papeles, y la película me hartó en todo sentido: el protagonista me pareció pesadísimo, la cámara se movía todo el tiempo como si se tratara de un filme del Dogma 95, la música y la mezcla de sonidos estaban altísimos… la quité al poco tiempo y sepulté en un cajón las otras dos cintas, pero sobre todo tenía un poco de miedo pues nunca me había encontrado con un director cuyas cintas fueran tan inaccesibles para mí. Eso me intrigaba y asustaba al mismo tiempo pues no sabía si el problema era mío o de él.
Posterior a la experiencia con “Punch-Drunk Love” intenté ver “Magnolia” nuevamente, sin pensar en la duración de la película, y la narración inicial sobre la casualidad me gustó mucho (me recordó vagamente al final de “The Curious Case of Bejamin Button”) pero el resto no me convencía debido a que brincaba de personaje en personaje sin terminar de aterrizar en ninguno. Volví a quitar la película tras perderme en las historias corriendo locas por la pantalla.
Para este punto ya estaba bastante frustrado y me enojaba no poder acercarme al cine de Anderson. Algunos se preguntarán ¿Por qué no simplemente te sentabas y veías la cinta? Bueno, si has intentado ver una película a la fuerza te darás cuenta de mis razones para no intentar eso. Me rendí con el cine de PTA y seguí con mi vida un rato, enojado por no ser capaz de ver el trabajo de un cineasta tan laureado.
La filmografía salvaje
Una tarde de agosto de 2020 decidí ver “There Will Be Blood”, quise intentarlo una vez más y de no lograrlo, me daría por vencido. La película inició y cuando quise ver el reloj llevaba ya una hora en ella. Me estaba encantando y al mismo tiempo me resultaba hipnótica: los primeros minutos en donde vemos al personaje de Daniel Day-Lewis en la mina y con su compañero me parecieron fascinantes, era algo que jamás había visto, enteramente cinematográfico (el fragmento en cuestión carece de diálogos). Cuando terminó la película estaba temblando y emocionado: por un lado había terminado de ver una cinta de PTA y por otro confirmaba lo dicho por muchos: se trata de uno de los mejores directores vivos trabajando hoy.
Días después, vi “The Master”, donde Phillip Seymour Hoffman da una de las mejores actuaciones de su vida, y de nuevo pude conectar con ella fácilmente. Continué con el resto de su filmografía: siguió “Punch-Drunk Love”, “Hard Eight” (su primera película), “Inherent Vice” (rarísima), “Boogie Nights”, “Magnolia” (su mejor película) y dejé para el final a la causante de todo, “Phantom Thread”; se convirtió en mi favorita de toda su filmografía y la he visto un par de veces más desde esa ocasión.
Regresando al inicio y al “Libro Salvaje” de Villoro, lo mencioné porque la filmografía de Anderson fue, de muchas maneras, como ese libro salvaje, una filmografía escurridiza e inaccesible para mí hasta encontrar el momento y la cinta correcta para iniciarla. Y así pasa muchas veces, ya sea con personas, libros, películas o series: las empezamos/conocemos en momentos extraños de nuestras vidas donde no somos capaces de entenderlas correctamente por diversas razones, pero tal vez solo sea cuestión de dejarlas un rato, esperando el momento idóneo para poder disfrutarlas a gusto.
Eso fue lo que me sucedió con la filmografía de Paul Thomas Anderson, en un momento de mi vida no estaba convencido de él o su cine y hoy muero de ganas por ver “Licorice Pizza” en un cine, mi primera película de PTA en el cine.