Aunque ocupaba un lugar en una ambulancia privada, el director Luke Lorentzen era básicamente invisible mientras recorría junto a una familia las calles de Ciudad de México en Familia de Medianoche, pero la adrenalina y la emergencia de los diversos traslados no eran lo único que le permitían pasar desapercibido para capturar momentos íntimos y asombrosos: era su gran habilidad de dirección, misma que lleva al siguiente nivel en A Still Small Voice, un documental filosófico sobre la muerte que desborda sinceridad.

El filme sigue a Margaret “Mati” Engel, una capellana en formación, mientras completa una residencia en el hospital Mount Sinai en Nueva York durante la pandemia de COVID-19. Mati intenta confortar y proveer consejo espiritual a los pacientes, una tarea desafiante y emocionalmente extenuante. 

Entre los muchos momentos de impactante sinceridad, se me quedó marcado uno en donde Mati habla por teléfono con una mujer cuyo ser amado acaba de fallecer. Como si no estuviera ahí, Lorentzen captura casi de manera milagrosa el profundo conflicto de emociones de Mati mientras intenta guíar a esta mujer; casi puedes ver los engranajes moviéndose en su cerebro mientras decide qué palabras utilizar para ayudarla. Esta conversación, como muchas otras, dejan su marca en el filme y en Mati.

Pero A Still Small Voice también sigue al Reverendo David Fleener, supervisor directo de Mati y quien también tiene su propia lucha interna. Lorentzen nos regala momentos fuertes en donde un desorientado David busca dirección de su propia mentora. Otra vez, la dirección me dejó estupefacto por la habilidad de Lorentzen para capturar al desesperado reverendo mientras vuelca su corazón. “Duele… y quiero que deje de doler”, dice llorando.

Las interacciones entre David y Mati que inicialmente se dan en medio de sesiones grupales, poco a poco toman rumbos inesperados. Mati, quien perdió a su padre hace algunos años, confiesa que el lidiar con ciertos pacientes desencadena no solo ese dolor, sino también el trauma generacional de familiares que murieron en el Holocausto. David le recuerda la importancia del autocuidado, pero Mati forcejea con seguir el consejo y conforme sus conflictos crecen, la compasión de David disminuye.

A Still Small Voice es una potente demostración del poder de escuchar en donde, gracias a una excepcional dirección verité de Lorentzen, obtenemos momentos de sinceridad pura, confesiones que nos dejan ver el peso psicológico de la muerte. Es un filme filosófico que nunca juzga, solo observa y escucha para aprender.

“A Still Small Voice” ganó Mejor Dirección en Sundance 2023 y tuvo su premiere canadiense en Hot Docs 2023.