“Amor y Monstruos” es una de esas películas que demuestran la enorme valía del cine de aventura. Es una película vibrante de acción, romance y compañerismo que además de siempre entretener, maneja una fantástica variedad de mensajes. Es también una prueba de que no es necesario sacrificar tu guion para tener espectaculares efectos especiales y peleas con criaturas gigantes.
La historia transcurre en un futuro postapocalíptico en donde animales de sangre fría (como reptiles e insectos) mutaron en monstruos enormes y acabaron con gran parte de la humanidad. Durante la evacuación inicial, Joel Dawson (Dylan O’Brien) se vio forzado a separarse de su novia Aimee (Jessica Henwick). Ahora, vive temeroso y sin amor en una colonia bajo tierra con otros sobrevivientes. Un día, tras lograr entrar en comunicación con Aimee (refugiada en otra lejana colonia), Joel decide sacrificarlo todo y salir a la superficie para reunirse con ella.
Pero este no va a ser un viaje en solitario. Tras un encuentro con una aterradora rana gigante en un vecindario, Joel es rescatado por Boy, un valiente y amistoso perro que se convierte en su fiel acompañante durante tan peligroso trayecto. Y eso no es todo, pues pronto ambos conocen a Clyde (Michael Rooker) y la pequeña Minnow (Ariana Greenblatt), dos viajeros que le enseñarán a Joel valiosas tácticas de supervivencia.

La pérdida es un tema prominente en la película: el recuerdo de padres fallecidos, la nostalgia de la separación, las trágicas historias de sobrevivientes y hasta un adorable perro incapaz de olvidar a su antigua dueña. Estos factores son utilizados para generar emotividad, sin caer en extremos melancólicos. El director Michael Matthews mantiene un tono ligero y afectuoso con toques de comedia y coming-of-age, siempre evitando caer en absurdos o exageraciones. Es un balance muy difícil de obtener, sobre todo con tantos elementos en movimiento, pero aquí la ejecución es soberbia.
Y claro, entre ciempiés, cangrejos y más criaturas “comehombres”, “Amor y Monstruos” tiene emocionantes escenas de acción, muchas de ellas acompañadas por una astuta y sencilla utilización del terror como herramienta para crear tensión. Además de la dirección, esto es logrado gracias a un creativo diseño de las criaturas y un soberbio trabajo artístico que combina efectos prácticos con digitales. La mayoría de los monstruos aparecen a plena luz del día, por lo tanto, los artistas VFX tuvieron que ser muy cuidadosos en afinar cada detalle. El resultado es excepcional y muy merecedor de su nominación al Oscar.
Además de tener sorpresas y mucho dinamismo, el guion de Brian Duffield y Matthew Robinson está lleno de decisiones inteligentes para crear empatía hacia sus personajes. A pesar de ser de especies distintas, Joel y Boy están unidos por valores de lealtad y amor hacia alguien. Cuando Clyde y Minnow aparecen, sentimientos de comunidad refuerzan la afinidad hacia los protagonistas.
Dylan O’Brien (“The Maze Runner”) hace un excelente trabajo como protagonista, pues es empático, vulnerable y la película funciona muy bien porque nunca dudas del amor que siente hacia Aimee.
El resto del elenco exprime al máximo su tiempo en pantalla para dejar su marca. Michael Rooker (“Guardians of the Galaxy”) es carisma puro y la joven Ariana Greenblatt (“The One and Only Ivan”) es tan tierna como cool; es muy fácil encariñarse de sus personajes. Asimismo, Jessica Henwick (“Iron Fist”) es absolutamente eléctrica y aprovecha sus pocos minutos en la película para patear trasero.
Obviamente no podemos dejar de lado a la atracción estrella, Boy, quien es utilizado con cierto realismo y gran efectividad. No es un héroe que rescate a Joel todo el tiempo, más bien utiliza su instinto para alertar del peligro. Su relación con Joel es enternecedora y tu corazón se detiene cuando está en peligro; cierta escena involucrando una “Reina” es particularmente intensa. Los entrenadores hicieron un estupendo trabajo con los perros que lo interpretan, Hero y Dodge.

Y entre todas estas buenas características, “Amor y Monstruos” se destaca por comunicar valores y mensajes relevantes. Además de destacar la inteligencia y nobleza animal, la narrativa acertadamente señala a la propia crueldad humana como la causante del por qué la naturaleza se vuelca en nuestra contra. También encontramos al amor como aspecto de cambio y una fuerza inspiradora que nos empuja a intentar cosas extraordinarias. Finalmente, el filme nos deja con un gran mensaje de resiliencia, de salir allá afuera e intentar vivir nuestras vidas a pesar de las adversidades; por pura coincidencia, esta enseñanza se siente más importante que nunca en este 2021.
Aunque el tercer acto deja momentáneamente la emotividad de lado para concentrarse en acción y momentos fortuitos, las escenas son efectivisimas gracias a la fuerte conexión que la historia ya creó hacia sus protagonistas y el hecho de que diálogos y aprendizajes de la primera mitad son utilizados para alimentar a la segunda.
“Amor y Monstruos” es una propuesta creativa y emocionante en donde la diversión está a la orden del día. Es una aventura con mucho corazón y una genial mezcla de géneros, efectos visuales y acertadas decisiones de dirección. No me la había pasado tan bien con una película de este tipo en mucho tiempo.
“Amor y Monstruos” (Love and Monsters) ya se encuentra disponible en Netflix.