No es un secreto que Warner Bros. Pictures y DC Films han tenido pérdidas millonarias en sus últimos proyectos The Flash y Shazam! La furia de los dioses, lo cual es un indicador del cansancio de cierta parte de la audiencia por las propuestas del subgénero y en especial por la vaguedad de las dos productoras al plantear la macronarrativa del universo. Blue Beetle rompe con esa mala racha al tener un estilo genuinamente divertido que explora temas como la migración, la xenofobia y la discriminación, en lo que aparentemente parece el reinicio del universo. 

Jaime Reyes (Xolo Maridueña) es un chico de ascendencia mexicana que regresa a Palmera City después de graduarse de la universidad, solo para enterarse que su familia está en riesgo de perder su casa por problemas económicos. Jaime, ante la incertidumbre, decide tomar un empleo en la lujosa mansión de Victoria Kord (Susan Sarandon), CEO de Kord Industries, una empresa dedicada al desarrollo e investigación tecnológica. Victoria trabaja desesperadamente con una reliquia tecnológica antigua llamada el Escarabajo, lo cual tiene muy enfadada a su sobrina Jenny Kord (Bruna Marquezine), quien en un intento por desestabilizar a su tía y la compañía, roba el artefacto y, para salir del problema, se lo entrega a Jaime, a quien previamente había conocido en la mansión. Lo que nadie sabe, es que el Escarabajo tiene la capacidad de darle una armadura y poderes alienígenas a quien considere compatible y Jaime lo es. 

Es una realidad que el universo de DC y Warner Bros. no ha tenido una buena ejecución y que espera estabilizarse con ayuda de James Gunn y Peter Safran, los actuales presidentes de DC Studios. Blue Beetle tiene el potencial para comenzar a pavimentar un sendero más firme, ya que en términos generales es una refrescante propuesta porque maneja un estilo cómico y melodramático definido, retrata de forma efectiva la cultura mexicana y luce mejores efectos visuales que sus películas hermanas.

La historia base no es para nada innovadora y no es algo que no se haya visto antes: el “elegido” que de un día a otro posee superpoderes, cambia su vida y emprende una lucha mortal contra una poderosa empresa u organización con intenciones de gobernar al mundo. Sin embargo, todo lo que recubre a la narrativa es resaltable, pues existe un contundente interés por el humor, que si bien por momentos llega a ser forzado (como un chiste que se gasta sobre el Chapulín Colorado y remates que están ahí solo para causar una risa), es completamente funcional porque la misma construcción de los personajes lo provoca y tanto Nana Reyes (Adriana Barraza) como Rudy Reyes (George Lopez) son prueba de ello. 

Por otro lado, el director Ángel Manuel Soto (Menudo: Siempre jóvenes) explota de sobremanera la ascendencia mexicana del protagonista y utiliza numerosas referencias musicales y visuales; algunas se sienten colocadas a la fuerza mientras que otras ayudan a contar la historia y matizar situaciones: sin duda son un gran gesto de representación dado el nivel comercial del producto (aplauso para la referencia a Macario y a los legendarios Tucanes de Tijuana). 

El guion del queretano Gareth Dunnet-Alcocer (Miss Bala: Sin piedad) resalta a nivel discursivo, debido a que toca aspectos como la gentrificación, los problemas de los jóvenes al buscar trabajo, el clasismo y la xenofobia de sectores de la población estadounidense en contra de los mexicanos. Obviamente esto no suprime por completo la violencia que durante décadas se ha ejercido contra los mexicanos en Estados Unidos, pero sí es un avance en la búsqueda de respeto y convivencia armónica entre personas de distintas nacionalidades que desean quedarse en un lugar para vivir. 

Asimismo, el director utiliza de forma magistral sus recursos económicos, pues si bien uno de los demoles de las anteriores producciones habían sido los detestables efectos visuales, aquí Manuel Soto juega con el dicho “de noche todos los gatos son pardos”, es decir, que durante la oscuridad de la noche es más difícil distinguir las cosas. La mayoría de secuencias de acción de Blue Beetle se desarrollan durante la noche, decisión que ayuda a maquillar las imperfecciones de los efectos visuales. 

Blue Beetle es un producto refrescante para el subgénero de superhéroes y también para el universo de DC Studios, en especial porque adapta a un personaje poco conocido para el medio cinematográfico y televisivo con ayuda de humor y referencias que aluden a la cultura mexicana. Ojalá este sea uno de los personajes que lideren a la próxima generación de superhéroes de la marca. 

“Blue Beetle” ya está disponible en cines.