Cualquiera que haya crecido con las películas originales de Disney Channel podrá recordar qué las hacía tan especiales: pese a su tratamiento visual completamente televisivo, eran bonitas e inocentes cintas con pocas complicaciones y que te hacían sentir bien. “13: El musical”, de la directora Tamra Davis, recrea esta sensación en un trabajo altamente entretenido lleno de dulzura y mucha vida.

Evan (Eli Golden) va a cumplir 13 años y está pasando por una crisis: sus padres se están divorciando, y su madre (Debra Messing) los lleva de Nueva York a Indiana. Obsesionado por tener la mejor fiesta de Bar Mitzvá de la historia, se hace amigo de los chicos más populares de su escuela, pero el drama adolescente amenaza con arruinarlo todo.

Lo más refrescante de ver “13: El musical” es que su elenco está conformado por verdaderos adolescentes, no adultos que pretenden serlo, algo que películas como “Descendientes”, “Zombies” y “Dear Evan Hansen” no hicieron (esta última recibió fuertes críticas como consecuencia de ello). Esto le da a la película la inocencia y aire juvenil necesarios para mantener al espectador entretenido ante los problemas de estos divertidos adolescentes: las apuestas nunca son altas y los conflictos superficiales, pero cuando eres adolescente todo parece el fin del mundo.

El elenco es diverso y todos parecen divertirse mucho: además de Eli Golden, cabe destacar a Lindsey Blackwell como la dulce y casi perfecta Kendra: la chica más popular quien además tiene un gran corazón y carisma. Ella conmueve y transmite mucha energía en cada número musical. Josh Peck, Debra Messing y Rhea Perlman se suman a la producción juvenil con mucho entusiasmo pese a sus limitados papeles.

Como toda producción de este tipo, no hay nada arriesgado en la propuesta técnica: las tomas están completamente iluminadas y la mayoría son planos abiertos para apreciar las bellas coreografías; las canciones son divertidas pero poco memorables y la trama sencilla y sin complicaciones. Sin embargo, las coreografías son ingeniosas y muy bien elaboradas, particularmente las de un número que involucra jugadores de fútbol americano y en “Opportunity”, el solo de la envidiosa y ambiciosa antagonista Lucy (Frankie McNellis), que incluye pompones y porristas. La directora tiene experiencia con este tipo de material (ha dirigido algunos episodios de “High School Musical: El musical: La serie”), y nos da exactamente lo que esperamos.

Aunque “13: El musical” es una adaptación de un musical de Broadway, no esperes nada pomposo o elaborado como “Todos hablan de Jamie”. Si bien no pasa de ser una divertida producción para tele, tiene un bonito mensaje sobre ser responsable de nuestras acciones, personajes sorprendentemente maduros y amables, y un joven elenco que sin lugar a dudas te levantará el ánimo.

“13: El musical” está disponible en Netflix.