El “honjok”, estilo de vida que rechaza el colectivismo a favor de la soledad, cobró popularidad en Corea del Sur incluso antes de la pandemia de COVID-19. Y en su ópera prima “Aloners”, Hong Sung-eun aborda este fenómeno — del cual ella misma formó parte — con formidable efectividad a través de una mujer que ha decidido autoaislarse.
Jina (Gong Seung-yeon) es una joven veinteañera que trabaja en un call center, vive en un pequeño departamento, evita las llamadas de su padre, ignora los intentos de conversación de su vecino y come sola todos los días. Irónicamente, a pesar de su línea de trabajo, toda comunicación que sostiene en la vida es vacía.
Pero hay una incongruencia en el aislamiento de Jina. A pesar de siempre evitar convivir con otras personas, no es capaz de estar verdaderamente sola, pues camina por todas partes con los audífonos puestos, ve videos en su celular o en la televisión mientras come y hasta duerme con la TV prendida. Jina no se atreve a estar consigo misma.
Un día, Jina se entera de que su vecino murió solo en su departamento y pasó una semana antes de que alguien se diera cuenta. El incidente obliga a la joven a pensar sobre su vida y con ello, la directora y guionista Sung-eun comienza a estudiar a la soledad y la gran diferencia entre estar solo y sentirse solo.
Pronto aprendemos que la madre de Jina murió hace poco y aunque no es el único motivo de su autoaislamiento (la totalidad de las razones nunca son definidas), definitivamente influye en la profunda depresión por la que está atravesando. Y su empresa se aprovecha de ello: la situación de Jina la convierte en la voz anónima idónea para recibir a clientes que no quieren interactuar, sino desahogarse. Cuando Sujin (Jeong Da-Eun, magnífica), la extrovertida nueva empleada a quien Jina debe entrenar, comprende la toxicidad de este ambiente laboral, sus motivaciones por trabajar ahí se desploman; contrario a Jina, Sujin ansía esa conexión humana.
Sung-eun hace un excelente uso de los elementos técnicos para acentuar la soledad de su protagonista. La cámara de Choi Young-ki siempre retrata a Jina de frente a partir de abundantes planos medios y primeros planos, permitiéndonos observar a detalle su rostro y lenguaje corporal, mismos que una fenomenal Gong Seung-yeon controla con precisión para comunicar en momentos clave los cambios en su estado de ánimo. Jina comienza a mostrar cada vez con mayor desesperación ganas de salir de su miseria y Seung-yeon lo plasma con excelencia en pantalla.
Los movimientos de cámara en mano gradualmente aumentan su fuerza para representar la creciente ansiedad que experimenta Jina, mientras que la abundancia de azules en la paleta de colores añade frialdad a su vida. Una astuta mezcla de sonido es utilizada para exacerbar el forcejeo de Jina con la creciente soledad, además de destacar la paradoja de no tener conexiones reales a pesar de estar en constante comunicación con personas en el call center. Y a esto le agregamos un hermoso y sutil score musical de Lim Min-ju que aparece en los momentos perfectos para brindar un elegante toque de emotividad.
“Aloners” es un filme solemne y emocionalmente poderoso que comprende a la soledad y la manera en cómo la utilizamos para intentar protegernos del dolor. Hong Sung-eun entrega un trabajo sobresaliente que desteje las complejas redes del fenómeno del aislamiento a través de un inteligente estudio de los hilos que las conforman.
“Aloners” se estrena en MUBI el 11 de junio.