Últimamente, Netflix ha distribuido mucho y muy variado cine polaco. “Hater”, “Fierce”, “All My Friends Are Dead” y “Nobody Sleeps in the Woods Tonight” son ejemplos de ello. Ahora toca el turno del género romántico con “Amor al cuadrado” (Miłość do kwadratu), filme dirigido por Filip Zylber y una buena opción si quieres pasar un 14 de febrero aburrido.
Klaudia (Adrianna Chlebicka) es una maestra de primaria que en sus tiempos libres trabaja en secreto como modelo para pagar las deudas de su padre (Miroslaw Baka); utiliza una peluca, lentes de contacto, pestañas postizas y trabaja bajo el nombre de Monika, todo con el objetivo de no ser reconocida. Con la urgencia de reunir dinero, Klaudia acepta trabajar en un comercial con Enzo (Mateusz Banasiuk), un insufrible mujeriego y modelo, quien vive en una relación abierta con Alicja (Agnieszka Zulewska), una mandona directora en la agencia de modelaje donde trabaja.
Cansada de ver cómo Enzo se aprovecha de ella, Alicja decide echarlo de la casa, obligándolo a mudarse con su hermano (Krzysztof Czeczot) y su sobrina Ania (Helena Mazur), quien es alumna de Klaudia. De esta manera, el destino une a Enzo y Klaudia, quien deberá estar el doble de precavida para evitar que su secreto salga a la luz.
“Amor al cuadrado” es un romcom directamente sacado de principios de los años 2000. Hay malentendidos amorosos, chistes malos, abundantes canciones poperas y cursis montajes románticos. Una de las peores escenas se da cuando Enzo le dice a Klaudia: “Quiero un paseo bajo la lluvia” y ¡oh sorpresa! En ese momento exacto comienza a llover y los dos tórtolos comienzan a pasear y reír bajo la lluvia.
La única novedad es el concepto de la doble identidad que su protagonista debe seguir. Klaudia es una excelente y muy querida maestra que detesta ver su cuerpo en grandes anuncios por la calle, así que hace todo lo posible por proteger su identidad secreta. Esto es un arma de doble filo. Así como Clark Kent se quitaba unas gafas para convertirse en Superman, Klaudia se pone una peluca para convertirse en Monika, la supermodelo. Y por alguna razón, Enzo es incapaz de darse cuenta de ello. Es algo muy tonto que nos hace dudar sobre la capacidad cráneal del elenco entero. La ejecución del concepto hubiera funcionado mejor con tonos cómicos, pero Zylber se tomó demasiado en serio la premisa.
El filme es ligero, el drama es prácticamente inexistente y lxs protagonistas, Adrianna Chlebicka y Mateusz Banasiuk, son carismáticxs. Sin embargo, “Amor al cuadrado” nunca logra distinguirse, ni aprovechar su premisa. Encontramos subtramas inútiles, personajes de caricatura y un guión deficiente con líneas mal estructuradas. Es una película vacía con caras bonitas. Definitivamente hay mejores opciones de escapismo.
“Amor al cuadrado” ya se encuentra disponible en Netflix.