“Bingo Infernal” (o “Bingo Hell” en inglés”) es tu amigo o amiga que se siente muy cool por usar groserías, pero en realidad da pena ajena. Dirigida por Gigi Saúl Guerrero, esta nueva entrega de la colección Welcome to the Blumhouse de Prime Video tiene problemas constantes intentando abordar sus temas sociales y en el camino, solo genera bostezos.
En la pequeña localidad de Oak Springs vive Lupita (Adriana Barraza), una peleona y honesta abuelita que, junto a su mejor amiga Dolores (L. Scott Caldwell), se opone a la gentrificación de la zona. Un día, el amado salón de bingo de Lupita sufre una dramática transformación de mano de una figura claramente demoníaca llamada Mr. Big (Richard Brake). Lo que antes era un hobbie para crear comunidad en Oak Springs, es transformado en un vil juego de avaricia con letales consecuencias para sus ganadores.
La mayor virtud de esta película es su representación de abuelitas latinas. Las conversaciones entre amigas son auténticas y el personaje de Lupita plasma el fuego de una abuela cazando a su víctima con chancla en mano. Adriana Barraza (“Superheroicos”) es excelente en el papel; es claro que la actriz se la está pasando bomba interpretando a este personaje. Su desbordante energía te alienta a seguir viendo.
Guerrero se toma demasiado en serio un concepto ridículo y el encanto de su comedia no pasa del primer acto. En vez de entregar diversión exagerada que empate el tono de la historia, “Bingo infernal” se enreda con sus propias temáticas y personajes, eventualmente generando aburrimiento. Una subtrama sobre adicción involucrando al nieto de Dolores y los hilos de gentrificación propuestos en el primer acto nunca son explorados con inteligencia o efectividad.
El comentario social no aporta nada valioso y la representación tampoco sirve de mucho. Es todo lo contrario a “Vampiros vs. el Bronx” del año pasado, película que comparte temáticas con “Bingo infernal” (representación latinx, gentrificación, comunidad), pero que, en este caso, funciona porque utiliza su absurdidad como herramienta para desarrollar su narrativa.
Aunado al problemático y poco interesante guion, el ritmo no invita a la inmersión y pronto te encontrarás bostezando. Los efectos prácticos son buenos y la fotografía nostálgica le da personalidad al filme, sin embargo estos elementos pronto se convierten en distractores que cortan con las intenciones dramáticas.
Hay un punto culminante de esta película en donde la protagonista grita un insulto homofóbico y tristemente, Guerrero utiliza este momento como algo triunfal. Es así que la directora nos comprueba todo lo que ya venía demostrando a lo largo de la película: está desapegada de la realidad. En su intento por lucir genial, termina cayendo en convenciones que narrativamente no ofrecen nada nuevo; utiliza groserías en abuso y sin impacto alguno, solo para intentar apantallar, hasta convertir a su filme en un producto insultante. Es increíble que en el año 2021, cineastas sigan pensando que usar esa palabra suena bien.
“Bingo infernal” es una mundana alegoría sobre cómo el dinero es la fuente de la maldad y el deterioro moral, pero pudo haber sido mucho más. Aunque el gore y la escasa comedia proveen momentos de diversión, son las valientes abuelitas — encabezadas por una gran Adriana Barraza — las únicas razones para darle una oportunidad a este escueto fime.
“Bingo infernal” / “Bingo Hell” ya se encuentra disponible en Amazon Prime Video.