El uso de la tecnología como elemento para provocar miedo no es nuevo en el cine: a inicios del 2000 una ola de terror japonés nos trajo, justo bajo esta premisa, algunos de los mejores y más terroríficos ejemplos del género, desde “El aro” hasta la magnífica “Kairo”. “Elige o muere”, del director Toby Meakins, tiene todos los ingredientes para ser una aterradora e ingeniosa entrega, pero su decepcionante ejecución termina por convertirla en una película genérica sin mucho que decir.

Kayla (Iola Evans) es una chica con muchos problemas económicos y personales que un día encuentra un misterioso y antiguo juego llamado CURS>R, cuya caja promete una jugosa recompensa a quien logre pasarlo. Sin embargo, Kayla pronto se da cuenta de que las decisiones tomadas en el juego también afectan su vida real: debe elegir entre sacrificar a quienes ama o morir. Junto a su amigo programador Isaac (Asa Butterfield), Kayla trata de encontrar el origen del juego y acabar con su maldición de una vez por todas.

Esta película parece una desafortunada mezcla de dos de las peores entregas del género en los últimos años: la risible “Verdad o reto”, sobre un juego de decisiones controlado por una entidad maligna, y “La hora de tu muerte”, sobre una aplicación de celular (sí, es tan ridículo como suena) que te dice cuánto tiempo te queda antes de morir. Aunque la atmósfera retro y un inicio prometedor ponen a “Elige o muere” un poco por encima de estos inintencionadamente cómicos productos, el resultado sigue siendo bastante decepcionante.

El principal problema de la película es que, a diferencia de un videojuego real, las apuestas no aumentan conforme avanza. “Escape Room” (otra película sobre un juego macabro) podrá ser muchas cosas, pero entendía la importancia de ir aumentando el nivel de dificultad conforme avanzaba la trama. Acá el guion tiene miedo de ser demasiado despiadado o cruel y no pone a Kayla en verdaderas situaciones de peligro: fuera del primer nivel (el cual que te retuerzas y pone muchas expectativas iniciales), ninguno de los “despiadados” retos que le pone la maldición a Kayla se sienten particularmente peligrosos o aterradores.

A todo esto se suman una serie de incoherencias convenientes para el guion, cuya cereza del pastel es un ridículo final que traiciona cualquier lógica o desarrollo de nuestra protagonista, y (lo más aterrador de la película) la amenaza de una posible secuela.

“Elige o muere” tiene algunas ideas interesantes y partes en las cuales juega con la vibra ochentera de forma ingeniosa, pero en general resulta otro largometraje poco memorable sobre aparatos poseídos. Si tienes que decidir entre ver “Elige o muere” o cualquier otra cosa, hay muchas mejores películas en el catálogo de Netflix de donde escoger. 

“Elige o muere” ya se encuentra disponible en Netflix.