Hace más de 60 años, Jean Rouch y Edgar Morin trajeron al mundo “Crónica de un verano”, una película en la cual exploraban la naturaleza humana a la vez que hacían consciente al espectador del uso del dispositivo cinematográfico: usaban la grabación de la propia película como parte de la historia; desde entonces, muchos autores han integrado el proceso de creación en su narrativa (“Una película de policías” es un gran ejemplo reciente). En “Framing Agnes”, el director Chase Joynt nos trae un ejercicio intelectualmente fascinante y emocionalmente conmovedor que seguro dejaría a Rouch y Morin muy impresionados.

Tras encontrar varios archivos sobre distintas personas transgénero que participaron en un estudio en los años 50, Chase Joynt usa el formato de talk show de dicha época para explorar el legado del estudio en la historia trans, mostrar la importancia del punto de vista desde el cual se cuentan estas realidades e imaginar cómo era vivir siendo trans en esa década y cómo lo es ahora.

Por mucho tiempo hemos estado acostumbrados a que las historias sobre minorías sean escritas por gente que no pertenece a ellas (usualmente hombres cisgénero heterosexuales y blancos). Si bien varios de los resultados han sido muy buenos, existe una sensibilidad especial cuando las comunidades se reapropian de sus historias y las exploran desde su perspectiva. En “Framing Ages”, el director y otros 6 actores y actrices trans toman un estudio hecho justamente desde un Estados Unidos blanco y tradicional para reencuadrar su legado y conocer a una comunidad más allá de lo médico o de la otredad.

A través de la imaginación, la reflexión y una rigurosa técnica, la película muestra, en una curiosa mezcla entre ficción y documental, la diversidad en la comunidad trans y lo particular de cada una de sus historias. Aunque al mundo le encanta encasillar y etiquetar a las personas en un solo grupo como si se tratase de una muestra homogénea, en realidad cada experiencia es única y se ve matizada por distintos factores más allá de una sola característica.

Cuando se piensa en películas sobre gente trans existen varios elementos que uno da por sentado: aislamiento, tristeza, confusión, infelicidad. “Framing Agnes” rompe estos mitos, nos invita a ver a esta comunidad más allá de nuestras ideas preconcebidas (y muchas veces estereotipadas) sobre ella y a cuestionar la historia y a quiénes la escriben. Fuera de ser un ejercicio meramente intelectual, la película es una llamada a la empatía, a adentrarte a una perspectiva nueva a través de una narrativa conmovedora y llena de humanidad: es un llamado a reimaginar el cómo vemos las historias de aquellos que por mucho tiempo no pudieron contarlas. Es un llamado que resulta en una de las mejores películas del año.

“Framing Agnes” ganó el premio NEXT del Jurado y de la Audiencia en Sundance 2022 y forma parte del programa Special Presentations de Hot Docs 2022.