En los últimos años, Tom Hanks se ha visto atraído a personajes buenos y competentes, hombres buscando cumplir con su trabajo a pesar de las duras circunstancias que lo rodeen. “Captain Phillips”, “Bridge of Spies”, “Sully” y “The Post” vienen a la mente. Con este antecedente, no es extraño saber que Hanks se vio cautivado por una novela de 1955 sobre un inseguro comandante intentando sobrevivir en medio de la Segunda Guerra Mundial. Y Hanks no sólo protagoniza: el grado de atracción fue tal que “Greyhound: En la mira del enemigo” es el primer guión escrito por el amado actor desde “Larry Crowne” en 2011.
“Greyhound” se desarrolla en la Batalla del Pacífico, y Tom Hanks interpreta a Ernest Krause, un inexperto comandante a bordo del USS Keeling (código Greyhound) y a cargo de una flotilla de barcos intentando atravesar el Océano Atlántico en su ruta a Liverpool. Para cumplir su objetivo, el convoy debe atravesar el ‘Hoyo Negro’, un área sin protección aérea en donde submarinos alemanes acechan a barcos aliados.
Podríamos decir que el filme se habla en un idioma foráneo, y no me refiero a inglés. Prepárate para escuchar una plétora de terminología náutica porque “Greyhound” intenta replicar la experiencia de comandar un barco en medio de la guerra. Como el USS Keeling está siendo perseguido por submarinos, la tensión es abundante y Hanks tiene que ladrar complicadas órdenes, una y otra vez. Verificar radar, calcular coordenadas, cambiar de dirección, disparar. Amantes de barcos y batallas marinas, van a disfrutar mucho de esta experiencia.

¿Quién es Ernest Krause? La película ofrece un vistazo a su vida: es religioso y hay una mujer esperando su regreso. Nada más. ¿Quiénes son todos estos soldados que siguen las órdenes de Hanks? Tampoco lo sabrás. “Greyhound” no está aquí para desarrollar personajes, sino para simular un estresante escenario de guerra. Pero al fin de cuentas, sin un gancho emocional, las secuencias de batalla rápidamente se vuelven repetitivas y monótonas.
Como el chef del barco, Rob Morgan (“Just Mercy”) tiene un pequeño papel cuyo objetivo es humanizar al personaje de Hanks; su intervención es efectiva, pero no deja de ser un pobre intento de abordar temas raciales. Stephen Graham (“The Irishman”) es el segundo en comando y no tiene ningún tipo de diálogo o característica memorable.
A pesar de la carencia de personajes interesantes, el director Aaron Schneider logra crear urgencia y desesperación. El barco de Hanks es un ratón y los submarinos alemanes son el gato. Hay una carrera contra el tiempo y una amenaza siempre latente. El score musical de Blake Neely es utilizado con pericia para inyectar drama a las secuencias de acción clave; es una composición muy old-school que encaja con la vibra general del filme. Sin embargo, hay muchos elementos que merecían ser proyectados en una plataforma más grande.
“Greyhound” estaba programada para salir en cines, pero con la pandemia tuvo que ser retrasada y luego estrenada directo a digital a través de Apple Plus TV. Hace unas semanas, Tom Hanks habló de la ‘total pena’ que representó este cambio. Y tiene razón. Con el espectáculo marítimo y la poderosa atmósfera sonora en oferta, esta película hubiera sido mucho más efectiva en una sala de cine. Tal vez ahí, hubiera sido más fácil perdonar el pobre desarrollo emocional.
Aunque lejos de ser un clásico de guerra, esta historia es idónea para papás y abuelos. La heroica presencia de Tom Hanks es suficiente para sacar a flote “Greyhound: En la mira del enemigo”, y definitivamente admiro su intento de crear una auténtica experiencia bélica, pero la naturaleza repetitiva de su estructura, así como el mínimo interés en todos sus personajes son un obstáculo difícil de superar.