El amor está en el aire… o más bien en Netflix, y su nombre es “Hola, adiós y todo lo que pasó”, del director Michael Lewen. Este drama romántico deja atrás las tramas sobresaturadas de otras entregas del gigante de streaming y regresa a lo clásico con una bonita, sencilla y tierna historia de amor que satisfará a los fanáticos del género.

En una fiesta de Halloween, Claire (Talia Ryder) y Aidan (Jordan Fisher) se atraen a primera vista; sin embargo, antes de besarse quedan en un acuerdo: si ese encuentro lleva a algo más, sólo saldrán por un año y terminarán la relación antes de ir a la universidad para evitar romperse el corazón, pero se despedirán con una gran e inolvidable cita. Cuando al fin llega ese momento, ambos tratan de pasarla bien y sin dolor, pero tras un año de estar juntos, ¿podrán realmente decirse adiós?

Talia Ryder ya nos mostró su talento en la maravillosa “Never Rarely Sometimes Always”, y acá nos confirma que es más que capaz de ser una carismática protagonista: navega con soltura y naturalidad por una trama de la cual conocemos gran parte de los puntos, pero ella la mantiene fresca. Como su coprotagonista, Jordan Fisher no se queda atrás: la película parece estar consciente de cómo interpretó al chico ideal en “A todos los chicos: P.D. Todavía te quiero” y lo usa en su favor para convertir esa supuesta perfección en un defecto interesante. La química entre ambos es más que suficiente para llevar la película y provocar varios suspiros.

Si bien está lejos de ser el punto fuerte, el guion usa una estructura interesante para intercalar la última cita con distintos momentos de la relación, dándole así exposición a la audiencia sin poner en pausa la trama. Aunque los personajes secundarios no son interesantes y distraen más de lo que ayudan, la historia rara vez se desvía de nuestros protagonistas, lo cual se agradece mucho.

La fotografía a cargo de Bryce Fortner, quien ha trabajado en las increíbles “Ingrid Goes West” y “El profesor Marston y la Mujer Maravilla”, le da a la película una identidad alejada del look televisivo y genérico característico de tantas producciones de la plataforma. La película es bonita de ver y, si bien no se compara a los trabajos antes mencionados del director de fotografía, se nota el cariño hacia esta historia.

“Hola, adiós y todo lo que pasó” es el tipo de película que uno espera al ver los dramas románticos de Netflix: trabajos hechos con cariño y con tramas que derriten el corazón. Sigue sin llegar al nivel de “A todos los chicos que amé”, “Set It Up” o la bellísima serie de “Heartstopper”, pero es una gran opción para ver esta semana, sobre todo con alguien a quien abrazar mientras comes palomitas.

“Hola, adiós y todo lo que pasó” ya se encuentra disponible en Netflix.