Las distintas críticas hacia la pobre calidad de muchos productos populares de Netflix se sustentan con películas tan torpes y desalmadas como “Interceptor” de Matthew Reilly en donde la protagonista Elsa Pataky, pese a su gran poderío físico, no puede salvar una producción desordenada, gris y bastante predecible.
Pataky interpreta a la capitana Collins, quien ha tenido una carrera difícil, pues el ejército la “castigó” durante un tiempo por solo tratar de defenderse ante el acoso y actitudes misóginas y machistas de su entorno. Ese pasado la persigue incluso en su nuevo puesto en una lejana estación interceptora de misiles, donde su labor limitada a la vigilancia se ve interrumpida por infiltrados estadounidenses con órdenes rusas que planean destruir algunas ciudades de la nación.
El guion de Stuart Beattie y Matthew Reilly no se anda con los rodeos de la originalidad o la propuesta fresca. Es más bien una remasterización de cintas setenteras y ochenteras con los clásicos héroes de acción como Stallone, Willis o Schwarzenegger, pero ahora con una femme fatale como la protagonista, quien sobresale en el nivel más físico de su personaje y los momentos de acción, pero igual que sus antecesores, nunca demuestra un álgido rango dramático.
Lo patriotero continúa como el discurso base para la construcción de la historia; la cliché cruzada entre Estados Unidos y Rusia, con la batalla ganada hacia el lado de los estadounidenses, para variar. Lo que se cuenta es claro y hasta aburrido en su ejecución: interceptar misiles de destrucción, pero eso no es todo, pues está aderezado con un antagonista soso interpretado por Luke Bracey, que no para de tratar de salir de las cadenas de lo unidimensional a partir de berrinches, gritos y diálogos explicativos llenos de artificios e impostaciones falsas. Y encima, los otros personajitos de relleno no aportan ni importan tampoco.
Luego del sorprendente lucimiento técnico y visual de películas de la misma temática como “Top Gun: Maverick”, esta cinta sin duda parece una parodia en todo sentido. No solo se limita a la acción física con secuencias entretenidas pero planas y de bajo riesgo tanto a nivel histriónico como cinematográfico, sino que sus limitadas secuencias donde se involucran efectos visuales igualan la calidad de cintas de muy bajo presupuesto.
Si existe la remota idea de convertir a Elsa Pataky en una de las próximas estrellas de acción femeninas, “Interceptor” es un torpe comienzo, pues su flojera a nivel narrativo y técnico hace que sea otra película más en el inmenso catálogo de los streaming.
“Interceptor” ya está disponible en Netflix.