Un thriller genérico más llega a Netflix esta semana, ahora bajo el título de “Intrusión” y con la actuación protagónica de Freida Pinto, cuyo buen trabajo no es empatado por los elementos narrativos a su alrededor.

Pinto interpreta a Meera, una psiquiatra sobreviviente de cáncer que acaba de mudarse con su esposo arquitecto Henry (Logan Marshall-Green) a una nueva, enorme y lujosa casa, ubicada en un pequeño pueblo de Nuevo México, que él mismo diseñó. Días después de un primer intento de saqueo, la pareja es sorprendida a mitad de la noche por invasores determinados a encontrar algo en la casa. Sin embargo, Henry utiliza un arma — previamente escondida en una maceta — para matar a los ladrones. 

Tras el incidente, Henry comienza a actuar de manera sospechosa así que Meera, aún intentando recuperarse del trauma, comienza a investigar sobre los intrusos, su conexión con la construcción de la casa y los secretos de su esposo. 

La fortaleza de “Intrusión” radica en la construcción de un matrimonio y la exploración de cómo un suceso impactante abre las puertas para el paso de la desconfianza. Pinto (“Hillbilly Elegy”) hace un gran trabajo estableciendo la personalidad de Meera, y el amor y agradecimiento que siente hacia Henry, quien la apoyó durante su lucha contra el cáncer. Es claro también que la comunicación es un pilar importante en la relación y naturalmente, la aparición de una primera mentira (esconder un arma en la casa) combinado con la naturaleza misteriosa de la invasión, crean campo fértil para la llegada de más dudas. El director de fotografía Eric Lin apoya este arco con un buen trabajo centrado en amplificar las emociones de Meera,

Sin embargo, los esfuerzos de Pinto son rápidamente opacados por el tosco guion de Chris Sparling (“Greenland”). La relación entre la pareja pasa a segundo plano mientras seguimos a Meera investigando con torpeza una serie de pistas poco creativas. Asimismo, la actuación de Logan Marshall-Green adquiere tintes caricaturescos y su química con Pinto desaparece. La historia se decanta por convenciones narrativas hasta llegar a un tercer acto predecible y carente de impacto. Y durante todo ese tiempo, el director Adam Salky forcejea con el ritmo de la historia y fracasa en sus intentos por generar tensión.

La película presenta a un Henry sutilmente exigiendo confianza y amor total de su esposa tras apoyarla en su enfermedad. No es sorpresa que el guion hace un trabajo pobre intentando desarrollar esta idea y las secuelas psicológicas en el personaje de Meera.

A pesar de los intentos de Pinto por elevarlo, “Intrusión” es un filme plano y sin ambiciones que desperdicia su potencial y la sólida base que construye en su primer acto, dejándonos con otro thriller estadounidense para agregar al montón de Netflix.