A inicios de la década pasada las adaptaciones de libros fantásticos para jóvenes adultos eran sumamente populares, producto del éxito de “Harry Potter”, “Crepúsculo” y “Los juegos del hambre”. La sobresaturación del género, así como una calidad cada vez menor en las producciones de este tipo puso fin a este fugaz periodo. Sin embargo, con una serie sobre “Percy Jackson” en camino y el estreno este año de la tercera temporada de “La materia oscura”, este tipo de historias parecen haber encontrado su espacio en los servicios de streaming. Netflix nos trae ahora su propia apuesta con “La Escuela del Bien y del Mal”, del director Paul Feig, la cual, aunque imperfecta, cuenta con algo de la magia que hace tan atractivos estos relatos.

Sophie (Sophia Anne Caruso) y Agatha (Sofia Wylie) son mejores amigas y viven en el pueblo Gavaldon, en el cual todos las rechazan por considerarlas raras. Pese a su profunda amistad, las dos chicas no podrían ser más diferentes: la delicada y soñadora Sophie anhela ser una princesa de cuento de hadas, mientras que la desaliñada Agatha es acusada por todos de ser bruja y sólo quiere cuidar de su madre. Un día, ambas se enteran de la existencia de la Escuela del Bien y del Mal, un lugar donde se educan todos los héroes de las historias, pero también los villanos. Una noche, son transportadas a esta institución, y las fuerzas de la luz y la oscuridad ponen a prueba su amistad.

Una vez que se pasan los primeros 20 minutos (llenos de terribles efectos, diálogos falsos y una artificialidad que recuerda en el mal sentido a “Descendientes” de Disney Channel), la película empieza a tomar cuerpo y mejora cada vez más. Desde sus ingeniosos vestuarios y escenarios, hasta su llamativa premisa de dos peces fuera del agua, poco a poco la historia nos revela una interesante crítica a la bondad superficial y la importancia de los matices. 

En un mundo plagado por gente que busca mostrar una versión perfecta de sí misma en las redes sociales, “La Escuela del Bien y del Mal” crítica justo lo banal que es querer dividir el mundo entre buenos y malos mediante actitudes superficiales y no verdaderas acciones. El mensaje es transmitido de manera nada forzada gracias a sus personajes coherentes y tono divertido que no se toma muy en serio.

El guionista David Magee no es ajeno a contar historias juveniles con toques mágicos, entre sus trabajos están “Life of Pi”, “Descubriendo el país de nunca jamás” y “Mary Poppins Regresa”. Aquí juega con la estructura clásica de los cuentos de hadas para hacer un comentario sobre cómo sus estructuras han influenciado nuestra forma de ver el mundo. Los amantes de este tipo de historias tendrán muchas referencias a “Blancanieves”, “Cenicienta”, “Hansel y Gretel”, entre muchos otros, con todo y sus retorcidos finales originales.

Del lado de la dirección, a Paul Feig parece costarle encontrar su voz dentro del proyecto. El director de las divertidísimas “Bridesmaids” y “Spy” toma un trabajo fuera de lo común en su filmografía, pero en el camino deja de lado un estilo distintivo. Hay varias escenas divertidas, sobre todo una secuencia estilo “Mean Girls” en la cual Sophie acepta su lado más oscuro, pero nada particularmente característico de la comedia más directa por la cual es conocido.

Pese a contar con un elenco estelar que incluye a Charlize Theron, Kerry Washington, Laurence Fishburne, Michelle Yeoh y la voz de Cate Blanchett, el peso realmente recae en sus protagonistas: Sofia Wylie y Sophia Anne Caruso. Ambas hacen creíble la amistad entre las chicas, con sus rivalidades, cariño, malentendidos y diferencias. Wylie es una heroína de buen corazón pero que no se calla las cosas, y Caruso luce más cuando saca su lado malvado y ambicioso.

“Escuela del Bien y del Mal” pudo muy bien haber recortado algo de tiempo, sobre todo al inicio, pero el resultado es bastante satisfactorio. No se libra de los tropos característicos de las películas para jóvenes adultos, como el triángulo amoroso, el recurso de “la elegida” y la promesa de una secuela; sin embargo, los usa con inteligencia y estando muy consciente del tipo de película que es, lo cual le da cierto encanto.
“Escuela del Bien y del Mal” ya se encuentra disponible en Netflix.