Tras inaugurar el Festival Internacional de Cine de Venecia en septiembre de 2021, llega finalmente a Netflix (y la Cineteca Nacional) la nueva película del director español Pedro Almodóvar (“Todo Sobre Mi Madre”): “Madres paralelas”, un relato sobre la maternidad y los eventos dolorosos del pasado que no han tenido una conclusión.
Uno de los pocos problemas de la cinta está precisamente en la manera que encuentra Almodóvar de unir dos tramas, las cuales se sienten como dos películas distintas unidas para economizar tiempos. Por un lado, tenemos una interesante exploración del pasado español (algo poco tocado en otras cintas del director), de las consecuencias de la Guerra Civil Española y los miles de desaparecidos cuyos cuerpos no han podido ser recuperados pues se encuentran desperdigados en fosas comunes olvidadas en el campo; se nos introduce a Janis (interpretada por Penélope Cruz, quien ganó la Copa Volpi en el Festival de Venecia a la Mejor Actuación Femenina), una fotógrafa de cuarenta años buscando por todos los medios posibles abrir la fosa común ubicada a las afueras de su pueblo natal donde, presuntamente, se encuentra el cuerpo de su bisabuelo y otros tantos hombres del pueblo asesinados al comienzo del conflicto bélico. Para ayudarla está Arturo (Israel Elejalde), un antropólogo forense con quien comienza una relación amorosa, eventualmente derivando en un embarazo no planeado pero bien recibido por la mujer.
Aquí comienza la segunda historia, un melodrama (sello del director) sobre la maternidad vista desde distintas perspectivas. Luego de quedar embarazada, Janis conoce a Ana (Milena Smit) en el ala de maternidad del hospital; Ana es una adolescente que también está esperando dar a luz a una hija no planeada. A partir de ahí las vidas de ambas mujeres se entrecruzan a través de diversas situaciones, la mayoría de ellas clichés ya conocidos por el público.
Las dos historias son interesantes, pero por momentos se abandona completamente una para centrarse en la otra y viceversa, el resultado final, en conjunto, se siente poco cohesionado. La nueva aproximación de Almodóvar a la maternidad (tema central en casi todas sus películas) se siente fresco y moderno, el caleidoscopio de perspectivas creadas a partir del relato de ambas madres permite una multiplicidad de visiones respecto al tema.
Sus personajes, por otro lado, están completamente anclados en la realidad y las interpretaciones de sus dos protagónicas son contundentes. Penélope Cruz demuestra una vez más su calidad histriónica mientras Milena Smit termina de consolidarse como una joven promesa del cine español.
Sin embargo, la trama sobre las consecuencias de la guerra y la necesidad de cerrar esas heridas abiertas ignoradas por la juventud española es más interesante para nosotros como espectadores, sobre todo para aquellos fanáticos del cine del manchego, pues nos abre la puerta a temáticas que tal vez no conocíamos. Almodóvar le da voz a todas las personas perdidas, desaparecidas y asesinadas durante el conflicto armado, las abraza y les dice “Aquí estamos, seguimos buscándolos”, un mensaje sumamente poderoso y esperanzador que al mismo tiempo genera una reflexión sobre cómo nos afecta el pasado colectivo como sociedad, pues cuando “une” ambas temáticas (maternidad y conciliación) le lanza la pregunta a sus audiencias más jóvenes ¿Dónde estaba tu familia durante la guerra? El silencio impera tras una declaración así.
“Madres paralelas” es una carta de amor a la maternidad, el trabajo más difícil y aterrador del mundo, pero también es un vistazo al pasado sin temerle, para enfrentarlo y abrazarlo. Ambas temáticas no terminan por funcionar juntas, algunos clichés vuelven predecibles ciertos aspectos de la trama pero, los picos emocionales de la cinta dejan al espectador con un nudo en la garganta, mientras le reconfortan el corazón.
“Madres paralelas” tuvo su estreno mundial en Venecia 2021. Se encuentra disponible en la Cineteca Nacional y otros cines independientes de México. Llegará a Netflix el 18 de febrero.