En 2017, el director francés Christian Carion nos trajo “Mon garçon”, un thriller lleno de misterio y giros interesantes cuya tensión mantenía al espectador al borde del asiento. Este año regresa con “Mi hijo”, un remake en inglés que, si bien sigue los mismos puntos básicos de la original, carece de su ritmo inquietante y humanidad.
Edmond Murray (James McAvoy) regresa a casa tras la desaparición de su hijo. Junto a su exesposa Joan (Claire Foy), en medio de la desesperación y la incertidumbre, hacen todo lo posible por recuperarlo, aunque eso signifique llegar hasta las últimas consecuencias.
Al igual que en el largometraje francés, aquí McAvoy trabajó sin un guion claro ni líneas de diálogo, sólo una vaga idea de lo que iba a ocurrir en las escenas (el resto del elenco sí tenía el guion completo). Esto, en teoría, le da al actor un amplio rango para improvisar y dar una genuina reacción de sorpresa ante los distintos misterios de la película. Sin embargo, además de que este ejercicio ya lo hizo una vez (y maravillosamente) Guillaume Canet en la película original, la improvisación por sí sola no es suficiente para sostener a la historia.
La naturaleza del proyecto obliga a la trama a ser sencilla: un padre busca a su hijo y tiene que superar obstáculos para encontrarlo. En la producción original, Carion balanceaba esta falta de sustancia con mucho dinamismo: múltiples tomas de videocasetera del hijo y de la antigua esposa del protagonista, una sensación de verdadera sospecha ante la nueva pareja de ella, pistas falsas para confundir al espectador, aspectos sin resolver del personaje central. Todo eso falta en esta entrega, lo cual da como resultado una pieza más pulida en el aspecto técnico, pero mucho más fría y predecible.
No todo es malo, el personaje de Claire Foy tiene más profundidad esta vez, y nos da algunos de los mejores momentos de la película; pero ni siquiera ella puede salvar las situaciones tediosas e incoherentes. Lo peor de este último punto es que se da porque, en un intento por no ser una copia cuadro por cuadro de la versión pasada, el director cambia la forma en cómo se dan algunas escenas, pero las hace mucho menos interesantes. Para cuando el misterio se dispara y llegamos al punto de tensión, ya solo estás esperando a que la película acabe pronto.
Sin la extravagancia de “Taken” o “John Wick” y sin la frescura de su predecesora, “Mi hijo” es una decepción para los amantes del thriller. Es una pena que, en un intento por llegar a más audiencia, en lugar de darle empuje a obras originales e interesantes se las rehaga de manera genérica, sin entender qué las hizo realmente exitosas. No todo remake es malo, la maravillosa “Perdida” de José Michel Grau es un claro ejemplo, pero en este caso, recomendaría mejor ver “Mon garçon”.
“Mi hijo” ya se encuentra disponible en Prime Video.