Kenneth Branagh, quien actualmente goza de importante atención gracias a su multinominada película “Belfast”, es el encargado de dirigir por segunda ocasión otra obra de la escritora británica Agatha Christie; en 2017 trajo “Asesinato en el Expreso de Oriente” y cuatro años más tarde, “Muerte en el Nilo”, la cual utiliza de forma efectiva y hábil a su elenco y su ambientación en pro del armado narrativo.  

En esta aventura, el detective Hércules Poirot (interpretado otra vez por Branagh), quien aparentemente está de vacaciones en El Cairo, coincide con un futuro matrimonio excéntrico y famoso, sin embargo, el misterio comienza cuando Linnet Ridgeway (Gal Gadot), la mujer millonaria próxima a casarse, le confiesa a Poirot su miedo a morir asesinada en el viaje por el Nilo. 

Sin importar cuánto tiempo transcurra, las historias policiacas de la legendaria Agatha Christie siempre serán tesoros que se deben conocer, y un buen sendero para ello es la cinematografía. Luego de muchos años de constantes adaptaciones y una época donde los productos aminoraron, el cineasta Kenneth Branagh, junto al guionista Michael Green, revivieron estas historias y a su emblemático personaje, Hércules Poirot. Las dos cintas que hasta ahora conforman esta franquicia han funcionado por su habilidad narrativa; esta nueva logrando resultados agradables pero no al nivel de su predecesora.

Branagh echa mano, de nuevo, de un elenco atractivo al incluir nombres como Gal Gadot, Letitia Wright, Armie Hammer, Emma Mackey y Russell Brand, quienes tienen el suficiente tiempo en pantalla para lucirse, mas no para demostrar sus dotes histriónicos, pues son construidos bajo motivaciones superficiales y bidimensionales. El personaje más interesante es el de Branagh, y no solo por su definición biográfica, sino por la cómoda y divertida interpretación del también director. Cada uno de los personajes está a la disposición del guion, el cual no le teme a las incoherencias, la predictibilidad o a las resoluciones fáciles, sin embargo, el ritmo con el que es llevado provoca una fina atención por parte del espectador. 

La cinta se sostiene, no precisamente por su historia, sino debido a su sobresaliente puesta en escena; cada elemento es colocado estratégicamente para armonizar con el contexto, el espacio y el tiempo, desde un simple pañuelo hasta una pistola. Este notable hecho incita al disfrute de las escenas que poco a poco elevan su misticismo y criminalidad. 

Pese a sus inconsistencias, “Muerte en el Nilo” se queda apenas por debajo de su antecesora debido a su falible misterio que, con el paso de los minutos, se convierte en una divertida fuente de entretenimiento centrada alrededor de la resolución de un caso, sin nunca perder la efectividad y el interés de la audiencia.

“Muerte en el Nilo” ya está disponible en cines.