Últimamente cuando escuchamos sobre Corea del Sur, siempre es acerca de sus artistas, música y caras bonitas, como si fuera el país mágico de los sueños juveniles. Pero July Jung nos da una bofetada y nos regresa a la realidad con su nueva película “Next Sohee”, una magistral y dolorosa crítica al sistema coreano y su explotación y destrucción de los sueños, o las vidas, de jóvenes.

Inspirada por una historia real, “Next Sohee” se divide en dos partes y tiene a dos protagonistas diferentes en cada una. En la primera (y esto no es spoiler porque está en la sinópsis y trailer oficial), Jung nos ofrece una mirada devastadora a la vida de una joven llamada Sohee (Kim Si-Eun) previo a su suicidio, y en la segunda, la subsecuente investigación del caso por parte de la detective Yoo-jin (Bae Doona). 

Primero conocemos a Sohee, una chica ruidosa y alegre que ama bailar. Pero al igual que sus compañeros de bachillerato, es obligada por su escuela a trabajar como pasante: su destino es un call center, lugar en donde sus ánimos y autoestima paulatinamente se vienen abajo con la ráfaga de gritos, regaños y acoso que recibe por parte de los clientes que llaman, así como las tóxicas condiciones laborales del lugar.

La experiencia de Sohee en el call center es como una película de terror cuya carga psicológica crece con el paso de cada abuso u ocurrencia tóxica, teniendo como detonante el suicidio de un jefe lleno de culpas por explotar a inocentes. Además de tener que aguantar el trato de clientes, en este infierno laboral tenemos a hombres en traje gritándole a sus empleadas como si fueran basura, un salario miserable, prácticas nefastas diseñadas para evitar que las jóvenes renuncien, una jefa pasivo-agresiva, una metodología carente de moral en donde el fín es exprimirle hasta el último centavo al cliente, un cruel sistema de competencia en donde cada empleada es ranqueada; son humilladas si están abajo y odiadas por sus compañeras si están arriba porque su éxito es utilizado para hacer ver mal a las demás, provocando así un ambiente laboral canibalesco. Incluso cuando no estamos con Sohee en la oficina, escuchamos cuchicheos de bullying, abusos y malos pagos por parte de sus amigos o preocupación por la inminente obligación del servicio militar. Es claro que el sistema está diseñado para arrancarle el optimismo a la juventud.

Jung monta con punzante precisión el descenso de Sohee hacia la depresión, pues no presenta todos estos elementos de golpe, sino que hábilmente los introduce a través de un ritmo semilento para transmitir con efectividad la creciente montaña de ansiedad y claustrofobia de la protagonista. Además de generar tensión, la sutil dirección te permite empatizar profundamente con Sohee: sientes lástima por ella y gusto cuando le responde a su manipuladora jefa. Jung te obliga a alentar a esta joven para que se aleja de tan terrible pesadilla. 

En la segunda mitad encontramos un poderoso sentimiento de venganza. Ya vivimos junto a Sohee su infierno, fuimos testigos de cómo su optimismo se convirtió en miseria y definitivamente queremos ver a los culpables pagar. Con una extraordinaria Bae Doona a la cabeza, seguimos a su personaje, la detective Yoo-jin, mientras explora las muchas causas de la tragedia. Ella es nuestra heroína y nuestra esperanza de que se haga justicia pero obviamente el camino está lleno de complicaciones. 

Yoo-jin serpentea entre la lista aparentemente interminable de personas y sistemas culpables de la tragedia sólo para encontrarnos con apatía, indiferencia y crueldad. Todos intentan hacerse las víctimas y depositan toda la culpa en Sohee, etiquetándola como débil y de personalidad problemática. 

Estas actitudes y sus consecuencias, muy bien plasmadas en el guion, son un reflejo de una sociedad coreana sin compasión cuyo interés por temas de salud mental es efímero. En Corea del Sur, el suicidio ha sido la mayor causa de muerte entre jóvenes desde 2007. Antes de la pandemia, la tasa de desempleo en jóvenes triplicaba los números promedio y en los últimos años, los casos de depresión entre la población de veinte años se ha duplicado. De todos los surcoreanos con algún problema de salud mental, sólo el 15.3% ha buscado tratamiento. El estigma alrededor de la salud mental en Corea del Sur es muy fuerte y problemas derivados de ella son vistos como debilidad.

Todos esto es encapsulados a la perfección por el altamente empático e incisivo guion de Jung, quien no aparta la vista del factor humano, procurando siempre centrar su desarrollo narrativo alrededor del duelo y el indescriptible dolor de la pérdida de un ser vivo. Al permitirte conocer a una víctima, las circunstancias que la llevaron al sucidio y la apatía de los responsables, “Next Sohee” forma una brutal crítica en contra de una sociedad que no está interesada en buscar respuestas ente la infelicidad de su población joven y sus enormes índices de suicidio. 

Apoyándose de las actuaciones magistrales de Kim Si-Eun y Bae Doona, July Jung ha forjado una poderosa obra de prevención que busca abrirle los ojos a todo un país para evitar perder a más Sohees. Y su herramienta más importante para lograrlo es la empatía.

“Next Sohee” obtuvo el premio de Mejor Dirección en Fantasia Fest 2022.