A lo largo de la historia, los cuentos han sido usados como metáforas de temas oscuros y difíciles de explicar a los niños: “Caperucita Roja” nos cuenta sobre los peligros de confiar en extraños (y tiene varias connotaciones perturbadoras), el abandono de Hansel y Gretel en el bosque por sus padres ante la falta de comida no era una práctica tan poco común en su tiempo y en la desgarradora “La pequeña cerillera” se atenúa bastante el hecho de que sus bellos sueños eran probablemente alucinaciones provocadas por el hambre y la hipotermia. “Opal”, del director Alain Bidard, es justamente eso: un interesante cuento de hadas que trata mediante metáforas y fantasía un tema fuerte y muy relevante.

Nuestra historia se desarrolla en un reino cuya existencia depende completamente de la magia de su princesa: Opal (Dawn-Lissa Mystille). Cuando ella está feliz, el reino prospera, pero cuando está triste, terribles tragedias caen sobre él. Últimamente, las cosas no han ido tan bien: las flores pierden su color y el reino corre un gran peligro. ¿La razón? En las noches, su padre, el rey, toma un poco de su magia para mantenerse joven y poder defender el reino. No obstante, ¿realmente está pensando en sus súbditos o sólo en sí mismo?

Alain Bidard nos trae un ingenioso mundo cuya belleza y originalidad atraen inmediatamente la atención del espectador: el castillo y las vestimentas de la familia real traen a la mente a los antiguos faraones, mientras que el reino en sí (una serie de islas flotando en el espacio) recuerda más a algo sacado de una historia de ciencia ficción que a los castillos medievales de los cuentos de hadas. Al tener la magia como centro de su narrativa, el director se esfuerza por hacer de su universo algo fantástico y original, sobre todo en el tercer acto. 

El guion también usa de forma interesante los tropos clásicos de este tipo de historias para darles su propio toque. En lugar de hadas, por ejemplo, tenemos a los Iroko, una especie de deidades mágicas encargadas de proteger la magia de Opal. Así como en Blancanieves, aquí también los espejos tienen un papel interesante en revelar la verdad, uno cuyas implicaciones se revelan al final.

La historia en sí también es llamativa: aunque comienza con la clásica premisa de una princesa encerrada en la torre, poco a poco desarrolla sus oscuros temas mediante el suspenso y el misterio, sin miedo a explorar aspectos turbios y perturbadores; sin embargo, gracias a su atmósfera altamente fantasiosa y múltiples metáforas, se mantiene a un nivel disfrutable para los niños mientras que los adultos pueden digerir las temáticas más complejas. De todos modos, aunque se promociona como una película para chicos y grandes, sí puede ser un poco intensa y oscura para niños muy pequeños.

Esto nos lleva al tema central: la magia, se nos dice, es algo que Opal debería darle solo a la persona de quien se enamore algún día cuando sea adulta; también un personaje menciona en cierto punto que tomar la magia de una niña está prohibido. “Opal” es claramente una metáfora del abuso sexual dentro de la familia, de la vergüenza provocada en quienes lo sufren y de cómo a veces la propia familia lo perpetúa (en una escena desgarradora, cuando Opal decide abrirse recibe una bofetada y se la llama mentirosa, ¿cómo va a insinuar que su padre está tomando su magia?). Estos temas son muy importantes y deben ser hablados: es admirable ver a una película animada tratarlos de forma digerible, permitiéndoles a los padres tener una herramienta accesible para hablar a sus hijos sobre el consentimiento y el abuso, pero puede ser muy fuerte para las personas sensibles al tema.

“Opal” es una película importante con una temática difícil y dolorosa. Cuenta con una animación muy creativa, y aunque a ratos algunos movimientos de algunos personajes se sientan rígidos, es algo fácilmente perdonable ante lo fascinante del mundo creado. No es sorprendente el amor que ha recibido alrededor del mundo: esperemos que muchos más la vean y encuentren en ella un poderoso mensaje sobre cómo sanar y encontrar la luz en uno mismo.

“Opal” tuvo su premiere canadiense en el Fantasia International Film Festival 2022.