La comida tiene un poder simbólico sobre nosotros. Su preparación es comparable a un ritual cuasi religioso para el cual se requiere de una concentración total. Por otra parte, los seres humanos solemos compartir los alimentos con otras personas, ya sean nuestra familia, amigos, compañeros de trabajo o extraños en un restaurante; la hora de la comida es un momento de convivencia, de gozo y hasta de solemnidad  que  la mayoría de las veces nos coloca en un ámbito social. Por último, la comida en sí misma activa ciertos lugares de nuestra memoria provocándonos alegría, tristeza, disgusto o enojo. Todo lo anterior es plasmado en “Pig”, del director Michael Sarnoski y protagonizada por Nicholas Cage, un relato sobre el perdón, la redención y el amor, todo plasmado a través del viaje de un hombre en búsqueda de su cerda mascota.

Recuerdo cómo después de ver la caracterización de Nicholas Cage para “Pig” y de leer la sinopsis, un hombre solitario viviendo en los bosques de Oregón debe volver a su pasado para tratar de recuperar a su cerdo buscador de trufas que ha sido secuestrado,  pensé: esto es como “John Wick” conoce a “Mandy”, pero en lugar de un perro o una hija, este señor busca a su cerdito — un interesante giro en la historia. Estaba muy equivocado pues la cinta es más un drama cuya trama nos lleva constantemente por direcciones inesperadas, lo cual es muy bueno.

La actuación de Cage (“Prisoners of the Ghostland”) sostiene por completo la película. Su personaje, Rob Feld, es el centro emocional. Sin la manera tan sutil pero a la vez tosca con la cual interpreta a este personaje, la cinta se desmoronaría. Cage le brinda a Rob un cascarón protector que lentamente se va cayendo mientras más se adentra en las profundidades de su pasado; de esta manera, el filme se transforma en una especie de introspección a su psique a través de lugares, personas o momentos específicos de su vida, la cual él mismo se ha forzado a olvidar. Completando el reparto tenemos a Alex Wolff (“Hereditary”) como Amir, un junior vendedor de trufas quien acompaña a Rob en la búsqueda de su cerdo, y al veterano actor Adam Arkin (“Sons of Anarchy”) como Darius, el millonario padre de Amir.

El guion, escrito por el mismo Sarnoski y por Vanessa Block, lentamente desnuda las capas de sus personajes. Pese a seguir a Rob todo el tiempo, nos pone en los zapatos de Amir para  ir descubriendo cada misterio del enigmático personaje. ¿Quién es este hombre? ¿Cómo llegó a vivir de esa manera en el medio del bosque? ¿Por qué busca tan desesperadamente recuperar a su cerda? Las preguntas se van contestando poco a poco mientras nos acercamos al final y, con ello, a la catarsis de los personajes pues, de manera espectacular, los tres tienen su momento de cierre, doloroso pero al mismo tiempo necesario y terapéutico.

“Pig” es una película sobre cómo tratamos de huir del pasado por lo doloroso que a veces puede ser, pero al final, siempre nos termina alcanzando para hacer las paces con nosotros. El director demuestra esto a través de la comida y su poder de sanar hasta las heridas más profundas de nuestra alma.

“Pig” se estrena el 17 de junio en cines de España.