Imagina trabajar toda tu vida por una meta, pero justo cuando estás a punto de conseguirla, se te va estrepitosamente de las manos y al mismo tiempo, le rompes el corazón a todo un país y quedas marcado de por vida. Esto le sucedió al legendario futbolista italiano Roberto Baggio cuando falló un penalti crucial en la final del Mundial de 1994. Muchos crecimos escuchando sobre sus grandes proezas futbolísticas e incluso presenciando algunas de ellas en sus años previos al retiro. Sin embargo, entre toda la gloria, siempre ha sido difícil separar su nombre del fracaso del Mundial. La película biográfica “Roberto Baggio: El Divino”, recién llegada a Netflix, intenta ver más allá del famoso fallo para hacer un recorrido por su vida y celebrar su carrera.

La historia arranca en 1985, cuando Baggio (interpretado por Andrea Arcangeli) es fichado por la Fiorentina tras haber adquirido la reputación de futura estrella en el modesto club del Vicenza. Pero cuando un adolescente Baggio le comunica las grandes noticias a su padre (Andrea Pennacchi), éste responde con frialdad, más interesado en el dinero que en felicitar a su hijo. De aquí se desprende el hilo principal de este biopic: un hijo buscando la aprobación de su padre.

Aunque la película tiene algunas escenas dentro de la cancha, el enfoque es principalmente fuera de ella. El guion de Ludovica Rampoldi y Stefano Sardo aborda los sentimientos de Baggio durante los puntos más complicados de su carrera y su apoyo en el budismo para salir adelante.

Aparece también la figura de Andreina (Valentina Bellè), pareja e importante soporte emocional de Baggio. Valentina Bellè hace un buen trabajo en el papel, pero su personaje se siente como un vehículo superficial y hasta genérico; de hecho, aprendemos su nombre pasada la mitad del filme. Y esto mismo sucede con otros elementos y subtramas desarrollados a medias.

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“Roberto Baggio: El Divino” | Cortesía de Netflix

Aunque la película presenta temas fascinantes involucrando el desarrollo humano del futbolista, no los explora con detalle. La desgarradora lesión llegando a la Fiorentina, su manejo de la fama a tan temprana edad, su inmersión al budismo y hasta el alcance de su madurez deportiva eran valiosas oportunidades para darle un valor agregado a la historia, sin embargo, se quedan flotando simplemente para alimentar la narrativa principal involucrando a Baggio y su padre, misma que es muy bien manejada y concluida con una emotiva escena en el tercer acto.

Inteligentemente, la directora Letizia Lamartire le da un enfoque al trauma del penalti fallado. La actuación de Andrea Arcangeli vence la convencionalidad del guion para transmitir efectivamente sentimientos de frustración que pronto son transformados en motivación para intentar regresar a un Mundial. Apoyado por un excelente trabajo de maquillaje, Arcangeli destaca como una figura sensible e inspiradora.

Apasionados del fútbol encontrarán en “Roberto Baggio: El Divino” un filme biográfico entretenido con un mensaje simple de superación e insistencia que, a pesar de no romper esquemas, logra su objetivo de celebrar a un brillante deportista y recordar que su legado es mucho más grande que el fallido cobro de un penal.

“Roberto Baggio: El Divino” ya está disponible en Netflix.