Cuando llegué a México por primera vez, una de las mayores sorpresas que tuve fue la gran cantidad de amigos que me pedían dejar la sal sobre la mesa cuando se las pasaba: en Ecuador, al menos entre mis amigos o conocidos no tenemos esa costumbre. Personas que incluso se jactan de ser ateos me pedían esto al momento de comer, uno incluso llegó a decir: “no creo en esas cosas, pero por si acaso”. Las supersticiones y miedos a lo desconocido calan hasta lo más profundo de nuestro ser: podemos reírnos o no darles importancia de dientes para afuera, pero aún así las respetamos en la intimidad. “Seire”, admirable debut del director Park Kang, juega justo con este miedo y nos mete a un mundo en el cual todos esos rituales cotidianos cobran un gran significado.

El seire, se nos explica al inicio de la película, consiste en un periodo que abarca los primeros 21 días después de que nace un bebé. En ese tiempo, ningún extraño debe entrar a la casa y no se debe romper ningún tabú. Woo-jin (Seo Hyun-woo) acaba de tener un hijo y está completamente agotado. Un día le llega un mensaje: su exnovia, Se-young (Sun-young Ryu) ha muerto y tiene que ir al funeral. Contra los deseos de su supersticiosa esposa (Eun-woo Sim), a quien además no le dice de quién es el funeral, va al evento, lo cual desata una serie de infortunios cada vez más aterradores en su vida, los cuales incluso ponen en riesgo la vida de su pequeño.

“Seire” es una película de ritmo lento e inmersivo: la fotografía minimalista de Geong-Heon Hwang y el inquietante sonido construyen una atmósfera perturbadora incluso en los momentos de calma. No importa la situación, siempre hay un aire incómodo en toda escena. El guion juega con la mezcla entre sueños y realidad: de hecho, la película comienza con un sueño de nuestro protagonista en el cual ve a su exnovia embarazada. Conforme avanza la trama, la superposición de lo real y lo onírico es cada vez más grande, algo acentuado por el constante agotamiento transmitido por Seo Hyun-woo.

Visual y narrativamente hay varios elementos perturbadores que suman a lo terrorífico de la historia: manzanas de corazón negro, el descubrimiento de que la exnovia de Woo-jin tiene una gemela (cuya mera presencia trae recuerdos a nuestro protagonista), una tensa y sangrienta escena en un hospital y el curioso papel de un brebaje hecho de carpa tanto en el fortalecimiento de un embarazo como en su terminación.

Detrás de toda esta interesante construcción, “Seire” es una historia de culpa: Woo-jin nunca quiso ser padre, por lo cual sintió mucho alivio cuando Se-young perdió a su bebé (algo en lo cual él pudo o no tener un papel mucho más profundo del inicialmente indicado). Este es el verdadero fantasma que lo acosa: la imposibilidad de dejar ir a la mujer que amó y el cargo de conciencia de estar cumpliendo con otra lo que ella siempre soñó. Seo Hyun-woo hace un trabajo excepcional en hacernos sentir compasión y rabia por su personaje al mismo tiempo: dan ganas de zarandearlo y liberarlo a la vez. Por su lado, Sun-young Ryu es perfecta en su papel doble como la difunta y su gemela, trayendo misterio, tragedia y ternura a sus personajes.

Con un final ambiguo y perturbador, “Seire” recuerda a grandes obras del terror moderno como “La bruja” o “Hereditary”. Su poder de encontrar el terror en el día a día perturba sin necesidad de recurrir a demonios o grandes efectos especiales. Los espectadores poco familiarizados con estas tradiciones fuera de salir confundidos se podrán poner fácilmente en los zapatos de su escéptico protagonista. Los amantes del terror lento pero altamente inquietante deberían salir más que satisfechos de este impresionante debut.

“Seire” tuvo su premiere norteamericana en el Fantasia International Film Festival 2022.