Es innegable el aporte del personaje de James Bond a la cinematografía mundial: veinticinco películas; una banda sonora inconfundible y escenas de acción dignas de cualquier recopilación. “Sin tiempo para morir” cierra esta última saga del agente 007 interpretado por Daniel Craig, con espectáculo, emotividad y planteamientos interesantes sobre el futuro del agente.
En esta quinta entrega, Bond (Daniel Craig) está retirado y disfruta la vida junto a Madeleine (Léa Seydoux). Sin embargo, el pasado acecha de nuevo para atormentarlo, ya que debe volver a la acción y rescatar a un científico. En el camino se da cuenta que la misión no es de rutina, sino de alcance mundial, pues el antagonista Lyutsifer Safin (Rami Malek), planea un genocidio a través de un virus tecnológico.
Cary Joji Fukunaga (“Beasts of No Nation”), el elegido para darle fin a esta saga compuesta por “Casino Royale” (2006). “Quantum of Solace” (2008), “Skyfall” (2012) y “Spectre” (2015), construye una cinta emotiva, con varias sorpresas, dosis atractivas de acción que dan un espectáculo mesurado y repleto de extravagancias estéticas y técnicas.
El guion escrito por Neal Purvis, Robert Wade, el mismo Fukunaga y Phoebe Waller-Bridge, se centra en darle un buen cierre al personaje y a los de su alrededor, y deja de lado el desarrollo de una historia compleja. La narrativa apuesta por la sencillez, pero sin olvidar detalles sobre el misticismo y la esencia del universo Bond: glamour, alcohol, armas, frases, mujeres poderosas, misiones físicamente complicadas, entornos tecnológicos e incluso, un abordaje humano inefable. Todo lo que se pide de una película del personaje.
El adorno de la canción inicial titulada “No Time To Die” interpretada por Billie Eilish (un recurso recurrente en la saga), mantiene gratamente el estilo de la cantante y la solemnidad de las secuencias iniciales de la saga, lo cual sin duda le ortorgará algunas nominaciones en la próxima temporada de premios, pero ante la imposible comparación con las interpretaciones previas de Adele o Sam Smith, tal vez no le alcance para coronarse.
Daniel Craig se despide de James Bond, sin antes plantear un progreso. En algunas escenas, Bond discute con Nomi (Lashana Lynch), la nueva 007, sobre el significado del número, el cual solo es eso, un número con valor simbólico dado por la agencia y el portador, pero nada más. Esto abre la posibilidad futura, tal vez no de un nuevo James Bond, pero sí de la aparición de un nuevo portador del número, el cual nunca dejará de ser un icono de la cultura popular.
El final de Daniel Craig es mitológico, rodeado de emotividad, y no es para menos porque supo llevar al personaje al límite y refrescó las características bases propuestas por Ian Fleming, el padre de Bond. No hay duda en el hueco que Craig dejará, pero es momento, como se ha manejado en las últimas fechas, de un nuevo rumbo para el personaje.
“Sin tiempo para morir” mantiene la espectacularidad de la saga, le da una despedida digna, emotiva y solemne a Daniel Craig, quien por 15 años sostuvo al personaje; y aunque se queda por detrás de “Casino Royale” y “Skyfall”, es una obra notable en la historia de James Bond.
“Sin tiempo para morir” ya está disponible en cines.