Cuando el trailer de “Sonríe” salió a la luz, con lo que prometía ser una maldición provocada por personas con sonrisas macabras, recordaba inmediatamente a la nada afortunada “Verdad o reto”: una película de terror derivativa e involuntariamente graciosa. Afortunadamente, el director Parker Finn evita esto y nos trae un interesante y a ratos aterrador viaje a los rincones oscuros de la mente humana.
Rose (Sosie Bacon) es una psiquiatra que busca ayudar a la gente con su salud mental. Un día llega una mujer (Caitlin Stasey) con un ataque psicótico que asegura que una entidad la persigue: toma la forma de cualquier persona y siempre sonríe. Mientras trata de calmarla, la chica se suicida y Rose empieza a ser perseguida por la maldición.
Parker toma prestados muchos elementos de otras películas para construir su visión, varias de ellas mejores; sin embargo, su éxito recae en acomodarlos a su discurso y así crear una pieza que se sostiene bien por sí sola.
La trama recuerda en más de un aspecto a “It Follows”, con su entidad que varía de forma y es invisible para los demás; sin embargo, en lugar de recurrir a los silencios y lo invisible, el director se va por lo estridente: la abundancia (e incluso abuso) de jump scares y música abrumadora mantiene al espectador alerta incluso en los momentos más calmados. Aunque se trata de sustos fáciles, este sentido de paranoia va alineado al estado mental del personaje.
Esto es apoyado por Sosie Bacon, quien hace convincente la caída a la locura de nuestra protagonista. La actriz compensa las carencias del guion (sobre todo en lo abrupto del desarrollo de la maldición y falta de personajes secundarios interesantes) con una interpretación que pasa del escepticismo a la aceptación gradualmente y nos va revelando las carencias afectivas de Rose.
El problema con los lugares comunes es que terminan por cansar: en cierto punto los ruidos abruptos se vuelven tan persistentes que dejan de tener efecto, las tomas de cabeza y los planos aéreos dejan de perturbar, la ausencia del monstruo hace que no sintamos su amenaza del todo, y en cierto punto tenemos un enfrentamiento muy similar al de “Pesadilla en la calle Elm”, incluso en sus diálogos pero sin el mismo efecto.
Aún así, “Sonríe” tiene suficientes escenas perturbadoras como para dar un buen espectáculo durante sus casi dos horas. Su acercamiento al trauma como tema central la diferencian de otras entregas y su último fotograma seguramente se quedará grabado en tu mente y, quién sabe, tal vez hasta te deje algunas pesadillas.
“Sonríe” ya se encuentra disponible en cines.