Los primeros encuadres de “The Batman” en donde se ve una lúgubre Ciudad Gótica, acompañados por el potente score original de Michael Giacchino y la fastuosa voz de Robert Pattinson como el murciélago enmascarado,  le dejan saber al espectador que esta nueva versión no es una del montón, sino una con altas pretensiones narrativas y técnicas, las cuales durante casi tres horas de metraje, se disfrutan al máximo y funcionan en armonía tanto para los amantes del personaje como para los entusiastas del thriller. 

Bruce Wayne (Robert Pattinson) ha tenido el manto de Batman durante dos años, sin embargo, día con día, la delincuencia y la corrupción aumentan en una Ciudad Gótica devastada. Durante la temporada de Halloween, una serie de asesinatos comienzan a emerger en la ciudad, todos con la similitud de que las víctimas resultan ser políticos corrompidos, pero eso no es todo, pues cada uno de estos eventos tortuosos están acompañados por un hilo conductor plagado de adivinanzas propias de Edward Nygma o mejor conocido como El Acertijo (Paul Dano). 

Comenzar a comparar esta más reciente versión de Batman con las realizadas previamente, sería una labor descabellada y un tanto inútil, pues al final, cada una se vale por las diferentes necesidades del personaje, del universo y del contexto en turno. Matt Reeves (“El planeta de los simios: La guerra”), toma lo mejor de cada propuesta cinematográfica anterior (personajes, diseños, enfoques narrativos y hasta aspectos técnicos), y por supuesto aspectos de los cómics y ofrece una cinta sobresaliente tanto en el género de superhéroes (que tanta falta hace) como del cine noir, el cine policiaco y el de suspenso. 

Reeves se clava en desarrollar y complejizar a Batman, mientras que a Bruce Wayne solo lo utiliza para complementar al enmascarado. No hace falta mostrar de nuevo la historia de origen, sino de expandirla y usarla en favor de una narrativa sólida al puro estilo de “Se7en” de David Fincher, “Contacto en Francia” de William Friedkin en mezcla con “Chinatown” de Roman Polanski y hasta “Saw” de James Wan, donde el más grande atributo del héroe –por fin- se deja ver: lo detectivesco a la Sherlock Holmes.

En Batman recae el peso social y psicológico no solo de un huérfano y millonario joven, sino de una ciudad sumergida en el caos debido al colapso de sus múltiples sistemas, caos hecho espectáculo por un antagonista cruel y sádico como El Acertijo o The Riddler, interpretado brillantemente por Paul Dano, quien propone a un personaje con motivaciones sólidas y muy discutibles en el plano de justicia y legalidad. 

Reconocimiento aparte para el armónico funcionamiento del elenco: Jeffrey Wright (“The French Dispatch”) como el Comisionado Gordon, siempre fungiendo como la mano derecha de Batman; Andy Serkis (“Rise of the Planet of the Apes”) como Alfred apoyando a Wayne; Zoë Kravitz (“Kimi”) como Selina Kyle en una plausible reformación del personaje, sin nunca poner en juego su esencia; y Colin Farrell (“The Killing of a Sacred Deer”) en los pies de un exagerado pero convincente Oswald Cobblepot. Las interacciones del protagonista con cada uno de ellos refuerzan su construcción y el crecimiento para las próximas cintas. 

“The Batman” es una película completamente distinta a todas las versiones hechas anteriormente; es violenta, con una ambiciosa construcción del protagonista, con vasta cohesión narrativa, visual y musical, y con un ensamble actoral imponente. Será gozoso y a la vez tortuoso esperar qué pasará en el universo de este nuevo, aunque no definitivo Batman. 

“The Batman” ya está disponible en cines.