En una de las escenas más preciosas de “The Pass: Last Days of the Samurai”, del director Takashi Koizumi, el samurai Tsuginosuke Kawai (Koji Yakusho) y su esposa Osuga (Takako Matsu) se sientan a escuchar la melodía de una caja de música que él le ha comprado: por un momento lo inminente de la guerra y los conflictos desaparecen, solo están ambos en el mundo, apoyándose y compartiendo un infinito amor y respeto. Este elaborado drama histórico brilla en estos momentos de intimidad y contención, en los cuales deja de lado su compleja y enredada trama para darnos un vistazo al interior de sus personajes.
En un Japón dividido entre este y oeste, el ya mencionado samurai trata de mantener a su tierra a raya del conflicto: su mayor anhelo es la paz de sus habitantes y una vida que le permita vivir honorablemente sin derramar sangre. Sin embargo, conforme el conflicto se vuelve inminente, tendrá que tomar una decisión, aún cuando ésta signifique el final de la era de los samurais.
Como todo drama histórico japonés (conocidos como jidaigeki), éste tiene muchos nombres, territorios, un pesado contexto previo y múltiples explicaciones de quién es quién y por qué están peleando. Los vestuarios son preciosos, los paisajes imponentes y el protagonista lo suficientemente entrañable como para mantener entretenido al espectador, cuya atención es requerida al máximo para seguir el hilo de los acontecimientos.
Quienes esperen grandes dosis de acción probablemente salgan decepcionados: las batallas con grandes ejércitos ocurren en su mayoría fuera de pantalla, y cuando pasan usualmente es por poco tiempo y enfocándose en una pequeña sección del batallón. Este es más un estudio de personaje que un gran épico de guerra, y en este primer frente es bastante exitoso.
Con esto en mente, el guion se hubiera beneficiado en enfocarse en el romance entre nuestro héroe y Osuga: tanto Yakusho (“Under the Open Sky”) como Matsu (“Confession”) tienen una dinámica tierna y transmiten con facilidad y pocas palabras la camaradería desarrollada tras varios años de matrimonio llenos de cariño y admiración mutua. Todas las escenas en las cuales están juntos son brillantes, y una secuencia que involucra geishas, alcohol y un divertido baile derrite el corazón por su dulzura y humor.
El director Takashi Koizumi demuestra una gran maestría de la técnica (algo que era de esperarse con su experiencia por décadas como asistente de director del legendario Akira Kurosawa), y hay muy poco reprochable en esta competente y emocionalmente efectiva pieza. Simplemente, es imposible bajo su enredado y complejo contexto político no ver con un tanto de melancolía la gran película oculta en su sencilla pero conmovedora relación central.
“The Pass: Last Days of the Samurai” forma parte de la selección oficial del Fantasia International Film Festival 2022