Los daños colaterales de la guerra suelen ser más devastadores incluso que los enfrentamientos directos entre facciones. “Una sombra en mi ojo”, la nueva película del director danés Ole Bornedal, retrata uno de los acontecimientos más trágicos durante la Segunda Guerra Mundial en Dinamarca, todo bajo un emotivo relato de humanidad y valentía.
La cinta se ubica en 1945, durante una misión de la Royal Air Force británica en la que planeaban bombardear y acabar con una sede de la Gestapo en la ciudad de Copenhague, Dinamarca. Los protagonistas de esta historia no son soldados o políticos mañosos, sino niños, padres y personas indefensas que buscaban a toda costa la paz y la tranquilidad pese a estar en medio de un conflicto armado cruel e inhumano.
Desde las primeras secuencias del filme, el director nos adelanta cómo los soldados combatientes no distinguen entre aliados, enemigos o personas que solo están existiendo, para después hacernos sucumbir ante el conflicto principal de su propuesta: el bombardeo accidental de una escuela, donde más de 120 personas fallecieron, entre los cuales 86 eran niños.
Una vez que Bordenal presenta a sus personajes, en especial a sus niños protagonistas que habrán de emocionar al espectador con sus intrigantes actuaciones, no tiene reparos en mostrar la crueldad de la guerra hacía con los individuos y los lugares que no tienen vela en el entierro de un contienda mundial. Observar a los menores entender los hechos que se viven, pero a la vez verlos tratando de continuar con su inocencia al querer jugar o estar con sus familiares, no solo es desgarrador, sino que con el paso de las tragedias, hace aún más inentendible el accionar humano y su insensibilidad hacia los inocentes
Todo aquel que se jacte de justificar las acciones bélicas —y más en estos tiempos— debería abrir su panorama hacia los otros afectados. Aquellos sin culpa y sin razones para sufrir. Esta es una historia íntima, que si bien deja un gajo de esperanza y humanidad, no se detiene en mostrar imágenes sofocantes y lúgubres, pues la sangre, las manchas de tierra y las muertes no se ocultan, ni se maquillan.
Reconocimiento especial para los niños actores como Ella Josephine Lund Nilsson y Bertram Bisgaard Enevoldsen, quienes le transmiten fácilmente al espectador el miedo y la inseguridad del entorno gris y nublado que la guerra le provocó a más de un centenar de niños, que tal vez nunca llegaron a responder “por qué nos está pasando esto”.
“Una sombra en mis ojos” es una propuesta melancólica, que por momentos abraza, pero por otros desestabiliza al público ante el retrato de los insensibles actos humanos y del contexto bélico, que de forma imparcial toma como rehén a quien sea.
“Una sombra en mi ojo” ya está disponible en Netflix.