Tras más de diez años sin realizar una película, al fin tenemos el esperadísimo regreso del director y animador Henry Selick, responsable de cintas como “El Extraño Mundo de Jack” o “Coraline”. Uniendo fuerzas con el también cineasta y guionista Jordan Peele (“Nop”), Selick logra darle vida a “Wendell & Wild”, una bizarra fantasía animada en stop-motion sobre dos hermanos demonios (interpretados por el mismo Jordan Peele y su amigo Keegan-Michael Key) quienes deben recurrir a una adolescente con un inmenso sentimiento de culpa (Lyric Ross) para invocarlos al plano terrenal y así poder hacer realidad su sueño de tener un parque de diversiones para almas torturadas.

“Wendell & Wild” se destaca por sobre otras propuestas animadas del año por su impecable mundo visual lleno de colores vibrantes, un diseño de producción extraordinario pero, sobre todo, por su genial diseño de personajes; cada ser está exagerado y estilizado de distintas formas y se vuelve algo bastante divertido de ver: por nuestras pantallas desfilan monjas, demonios, zombies, empresarios, osos demoniacos y adolescentes de todos tamaños y formas. Es una gran exhibición de creatividad por parte del equipo detrás de la película.

Sobre la animación hay poco que decir: es excelente y demuestra el por qué Henry Selick es uno de los nombres más destacados en el mundo del stop-motion junto con Nick Park y Peter Lord (responsables de “Pollitos en Fuga”) o Phil Tippett (“Mad God”). Las marionetas, los escenarios, los props y los efectos especiales se conjugan de manera precisa ofreciéndonos un dulce para los ojos.

Todos estos elementos convierten a “Wendell & Wild” en la película más ambiciosa de su director, tanto para bien como para mal; el guion busca abarcar demasiados temas, como el trauma infantil, la identidad de género y la corrupción eclesiástica, pero apenas profundiza en ellos, y constantemente pierde el enfoque de sus protagonistas para darle el reflector a tramas poco relevantes en relación a la historia principal. Esto puede notarse en Kat, la protagonista, pues la mayor parte de su desarrollo se da fuera de cámara para después comunicárselo a la audiencia a través de voz en off y flashbacks repetitivos; conocemos el origen de sus problemas, pero jamás exploramos nada más. Lo mismo pasa con los dos demonios protagonistas cuyo arco y desarrollo es nulo: son divertidos de ver, pero jamás llegamos a entenderlos.

El regreso de Henry Selick se destaca por sus fuertes visuales, pero queda bastante a deber en contenido pues la historia nunca logra centrarse en algo o alguien el suficiente tiempo para hacernos sentir empatía por sus personajes. Si bien se nota el estilo de Jordan Peele, por momentos pareciera no lograr ponerse de acuerdo con Selick sobre la dirección hacia donde debe encaminarse la cinta, pues sus temáticas adultas contrastan con el estilo animado más familiar del director.

“Wendell & Wild” ya se encuentra disponible en Netflix.