¿Han visto una película tan mala que los ha hecho enojar? Bueno, les presento Diario de un viaje inesperado del director Paco Álvarez (cuyos trabajos previos incluyen varios videoclips para Visit México), un vídeo publicitario del estado de Chiapas disfrazado de coming-of-age y road movie; pero tranquilos, antes de todo déjenme comenzar a explicarles por qué deben evitar esta película a toda costa.
Michelle (Getsemaní Vela) es una influencer veinteañera que vive entre viajes a Europa y los lujos del dinero de su padre (Kevin Holt), un exitoso abogado dueño de uno de los despachos más importantes del país. Alfonso (Xabiani Ponce de León), por otra parte, es un joven músico incomprendido y forzado a convertirse en abogado por los deseos de su familia egoísta. Los mundos de ambos personajes chocan cuando el papá de Michelle muere y le condiciona la entrega de su herencia a cambio de realizar un viaje por el estado de Chiapas, pasando por todos los lugares que él visitó en su juventud; Alfonso se convierte en su compañero de viaje cuando ella lo confunde con el abogado responsable de acompañarla y corroborar cada parada del recorrido.
El guion, escrito por Paco Álvarez y Antonella Samaniego (Apasionado Pancho Villa), es predecible, una vez terminado el primer acto de la película y con ambos personajes rumbo a Chiapas, uno sabe exactamente cómo va a acabar: con ambos personajes enamorados y sus problemas resueltos. El romance, al igual que muchas otras situaciones, se siente forzado completamente y jamás se justifica, nunca entendemos en qué momento los personajes comienzan a sentir atracción el uno por el otro y terminan en una idílica relación.
Los diálogos no se sienten naturales y en su mayoría son risibles o dejan al espectador con la pregunta “¿Debo reírme de esto?”. Al mismo tiempo tenemos secuencias y escenas clichés del tipo “dos personajes que no se caen bien están en un bar y conforme avanza la noche y los tragos, van encontrando atractivo al otro” o “músico guapo toca un piano frente a una ventana abierta, medio desnudo, mientras su pareja lo abraza por detrás”. Ninguno de sus momentos se siente fresco, novedoso, divertido o enternecedor.
Junto a estos problemas de guion tenemos la imagen del estado de Chiapas que Diario de un viaje inesperado busca vender/promover: si bien la cinta parece un comercial gubernamental del tipo “visita Chiapas”, los lugares y expresiones culturales que vemos en la película son muy limitados y dan cuenta de cómo, para los responsables de la película, este estado del sur mexicano es solamente una locación con paisajes bonitos.
Los personajes visitan San Cristóbal de las Casas, las Lagunas de Montebello y Palenque (que coincidentemente están vacíos: no hay gente en las calles o visitando las zonas turísticas), conviven con un grupo de mujeres tzotziles, con quiénes aprenden a realizar tejidos para venderlos en mercados de turistas, y escuchan la lengua tseltal como si fuera un idioma de otro planeta mientras ponen cara de estúpidos. La película jamás profundiza en las comunidades indígenas de los Altos de Chiapas ni en sus costumbres o condiciones de vida, tampoco se hace mención de la inseguridad o de los conflictos de la región, se omite completamente la presencia del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) y su lucha por los derechos de los indígenas y tampoco existe ninguna mención de la selva, tal vez el corazón del estado y uno de los ecosistemas más importantes y biodiversos del mundo. Paco Álvarez y Antonella Samaniego presentan una visión distorsionada de Chiapas con la intención de promover el turismo, pero todo lo ven solamente por encima, desde una burbuja de privilegio.
Xabiani Ponce de León (Esto no es Berlín) vuelve a demostrar su talento frente a la cámara, está vez con una mayor soltura, y logra presentar un personaje carismático pese a los terribles diálogos y el pésimo desarrollo de personaje. Desgraciadamente no podemos decir lo mismo de Getsemaní Vela (Veinteañera, divorciada y fantástica) ya que sobreactúa todo el tiempo, dice sus líneas con acentos fingidos y mientras están en Chiapas todo el tiempo se mantiene impoluta: jamás se ensucia, nunca suda y se ve perfecta en todo momento.
La dirección de Paco Álvarez es invisible: no tenemos encuadres o planos propositivos, la película se compone de tomas de establecimiento para las locaciones y close-ups o medium shots para los personajes. Los momentos emotivos carecen de un verdadero impacto pues ni la música ni la actuación de la protagonista logran transmitir esa emoción. Por otro lado, el departamento de sonido falla terriblemente en el tramo final de la película pues la mezcla de sonido desaparece y parece que estamos escuchando el audio directo grabado por los micrófonos. El departamento más destacado del filme es la fotografía a cargo de Carlos R. Diazmunoz (Me late chocolate) quien logra resaltar la belleza de los escenarios naturales de Chiapas y colocarlos en la pantalla grande.
Diario de un viaje inesperado es un intento de coming-of-age emotivo sobre una persona millonaria dejándolo todo por sus “raíces humildes”, haciendo de lado sus prejuicios para terminar romantizando el estilo de vida de una comunidad indígena. Está historia es un mero pretexto para realizar un recorrido turístico por algunos de los lugares más visitados de Chiapas, usando imágenes bonitas dignas de una postal pero carentes de significado.
“Diario de un viaje inesperado” ya se encuentra disponible en Amazon Prime Video.