El terror es uno de los géneros que más se consumen en México, al punto de que incluso productos bastante pobres como Winnie the Pooh: Miel y Sangre fueron un éxito en el país: el público está hambriento por este tipo de historias. Con esta demanda en mente, es raro (y algo triste) que el cine mexicano no esté lleno de producciones del género cada año; sin embargo, algunos directores han apostado por él, entre ellos Alejandro Sugich, con su nuevo largometraje El extraño caso del fantasma claustrofóbico.

Nikolaj (Lukas Urquijo) y su hermano, Emil (Fausto Espejel), se mudan junto a su madre (Dominika Paleta) a una nueva casa en la colonia Roma en la Ciudad de México. Sin embargo, en las noches no pueden dormir porque están convencidos de que hay un fantasma en su clóset. Junto a una chica que conocen en su nuevo colegio, Ximena (Ana Emilia), los chicos se ponen a investigar qué quiere la entidad y cómo pueden ayudarla a pasar al más allá.

A diferencia de otras películas de terror recientes, como Huesera o Mal de ojo, El extraño caso del fantasma claustrofóbico tiene como objetivo llegar al público infantil y lo logra bastante bien, aunque no sin tropiezos. Ver esta película es como leer esos libros que mandaban en la escuela que tenían elementos sobrenaturales, como Las brujas o El pequeño vampiro: sí hay terror y misterio, pero nunca nada lo suficientemente abrumador como para provocar pesadillas a su joven audiencia.

Sin embargo, a veces el guion y la dirección caen en la infantilización excesiva, como es el caso del tratamiento del personaje de Marcela (Danae Reynaud), la vecina extraña de los niños: sus manierismos y actitudes agresivas son extremadamente caricaturescas, al punto de que en lugar de provocar miedo terminan por sacar de la historia. También varios diálogos o situaciones tienden a la explicación excesiva o a ser poco naturales, sobre todo los de Ximena, quien a ratos parece estar dando una lección detallada para el espectador en lugar de hablar como lo haría una niña de su edad.

El apartado técnico es lo más destacable: tanto los efectos como la fotografía ayudan a crear una atmósfera fantasiosa de forma ingeniosa. De hecho, cuando el fantasma es presentado, la escena sí da un escalofrío y transmite bien el miedo infantil a lo desconocido. Entre levitaciones, apariciones de ectoplasma, luces sobrenaturales y un muy ingenioso uso de las sombras, hay elementos muy interesantes que le dan a esta historia el aura sobrenatural necesaria para cautivar a su público.

Además, la trama conecta el misterio central con aspectos característicos de la Ciudad de México, tanto lugares como acontecimientos. Esto le da una personalidad única y lo aleja del tratamiento genérico de otras cintas de terror, como las fallidas Presencias o Cuidado con lo que deseas, lo cual no solo permite a la audiencia identificarse más con la historia, sino también es una manera interesante de introducir a los niños a ciertos acontecimientos históricos y su impacto en el país.

El extraño caso del fantasma claustrofóbico es una buena propuesta para que los más pequeños abran las puertas del terror. Su guion a veces le juega en contra, sobre todo en el desarrollo de sus personajes o subtramas alejadas del protagonista y el conflicto central, pero su sólida factura y genuino deseo de entretener a su audiencia la convierten en una divertida opción para ver en familia.

“El extraño caso del fantasma claustrofóbico” ya está disponible en Prime Video.