La segunda película del director boliviano Kiro Russo, “El gran movimiento”, retoma ciertos aspectos de su anterior filme “Viejo calavera”, pero aquí el retrato es de mineros trabajando fuera de la mina y en específico, de la ciudad de La Paz. Todo, logrado a partir de una intersección experimental entre documental y ficción.

Tras ser despedido de la mina, Élder (Julio César Ticona) llega a La Paz junto a sus compañeros para participar en un movimiento de protesta y buscar un nuevo empleo fijo. Sus esfuerzos son en vano, así que divaga por las calles tomando alcohol y realizando pequeños trabajos para sostenerse. En medio de esto, la salud de Élder comienza a deteriorarse y ni siquiera su supuesta madrina (Francisca Arce de Aro) o una figura chamánica (Max Eduardo Bautista Uchasara) parecen tener las herramientas para salvarlo.

Aunque seguimos a Élder, el personaje principal de “El Gran Movimiento” parece ser la ciudad de La Paz. Russo exhibe la topografía, la urbanidad, la forma de vida en el mercado, los colores, la dependencia del alcohol, los caóticos sonidos, los colores y las profesiones que le dan forma a este lugar. No está haciendo turismo. Más bien, utiliza a la ciudad para generar una compleja conexión con sus personajes. 

Bajo un ritmo muy lento, el filme rápidamente se convierte en una alucinación prolongada en donde pequeñas fantasías, como un acto musical en el mercado, aparecen para romper esquemas. La fotografía de Pablo Paniagua en Super 16mm hace que la ciudad se congele en el tiempo, mientras que la narrativa se sumerge en temas de injusticia, fe y pobreza, y lo hace con tanta ambigüedad como sea posible. 

“El Gran Movimiento” es una película intrigante con cualidades técnicas sobresalientes, utilizadas para hacerte sentir dentro de un sueño a partir de la fusión entre realidad y ficción. Sin embargo, su vaivén simbólico por la vida y los problemas sociales cotidianos será alienante para la mayor parte de las audiencias. No es un cine amigable o fácil de comprender, sino un experimento con espiritualidad, muchas interpretaciones y una lucha por supervivencia en una jungla de polvo.

“El Gran Movimiento” formó parte de la sección Orizzonti del Festival de Cine de Venecia 2021.