Para muchos, los cuentos de hadas son sinónimo de historias bonitas que se cuentan a los niños antes de dormir; sin embargo, el propósito inicial de muchos de ellos no era únicamente entretener y fomentar la imaginación, sino dar lecciones sobre los peligros del mundo. Es por ello que no es raro que las versiones originales de muchos de los cuentos favoritos de la gente en realidad sean mucho más oscuros, violentos y tétricos. En la piel de mi madre (o In My Mother’s Skin), del director Kenneth Dagatan, se siente como si alguien narrara una de estas historias: es una mezcla interesante de fantasía y terror que funciona como metáfora de los horrores de la guerra.

A finales de la Segunda Guerra Mundial, durante la ocupación japonesa en Filipinas, una niña llamada Tala (Felicity Kyle Napuli) se queda sola con su madre enferma (Beauty Gonzalez) y su hermano menor (James Mavie Estrella) mientras su padre (Arnold Reyes) va a buscar ayuda estadounidense. Conforme la condición de su madre empeora y la comida se agota, la niña se desespera y decide ir al bosque en busca de ayuda. Allí encuentra a un hada (Jasmine Curtis-Smith) que le ofrece la cura para su madre. Tala acepta, pero pronto descubre que la solución de la astuta criatura en realidad tiene un precio muy alto y devastador.

Los elementos técnicos de la película son impecables: la fotografía logra transmitir ese aire de fantasía macabra y aterradora (sobre todo en la cabaña del hada); el diseño de producción es precioso pues, además de recrear la época, su faceta de fantasía nos hace entender por qué una niña se vería atraída por este mundo, pero también usa colores terrosos y texturas viejas que le dan un aire sospechoso, no tan mágico como se da a entender a primera vista; finalmente, la música es perfecta para capturar tanto los aspectos mágicos como tenebrosos, y es mezclada muy bien con los sonidos del bosque, sobre todo el canto de las cigarras. Todo esto crea una atmósfera convincente y bastante atrapante.

La historia en sí sirve como una inteligente metáfora sobre los efectos de la ocupación japonesa y liberación estadounidense en el pueblo filipino, cómo los civiles inocentes se ven envueltos en una guerra en la que se mueven intereses de otras naciones. De forma similar a La Llorona de Jayro Bustamante o Brujería de Christopher Murray, el terror y la fantasía se usan para explorar temas mucho más importantes de la historia y sociedad filipina. Sin embargo, a diferencia de estos dos ejemplos, el cierre de En la piel de mi madre deja demasiados cabos sueltos y muchos enigmas sin resolver, lo cual hace que se sienta como un ejercicio un tanto cruel cuyos recursos tenebrosos se usan más por sorprender que por su significado, como la matanza de animales que no tiene ningún propósito o peso narrativo fuera de perturbar y mostrar lo malvado que es el villano (algo que queda muy claro con otras acciones).

Hay varios elementos visuales o analogías muy llamativas y perturbadoras, pero que parecen no ir a ningún lado. El hermoso diseño de vestuario del hada, por ejemplo, hace alusión a la Virgen María (figura en la cual se hace especial énfasis durante las oraciones de la familia), y la actriz transmite un aura misteriosa bastante fascinante. Sin embargo, cuando todo termina, sus intenciones nunca quedan del todo claras, sus engaños no tienen mucho sentido y uno se queda con la sensación de que el personaje actuaba más conforme a las necesidades del guion que por otra cosa. Esto se debe tal vez a que es un cuento de hadas y éstos no siempre son exactamente coherentes, pero sí queda la sensación de que la película está omitiendo información necesaria para el espectador.

En la piel de mi madre es un atmosférico trabajo que mezcla fantasía y terror de forma ingeniosa y con un gran apartado técnico. Sin embargo, su historia deja varios puntos al aire y las reglas de su universo nunca quedan del todo claras. Aun así es una buena opción para los amantes del horror, en especial por su curiosa mezcla de géneros y sus astutas observaciones políticas.

“En la piel de mi madre” o “In My Mother’s Skin” está disponible en Prime Video.