No es fácil dar en el blanco dos veces con un mismo concepto pero Rian Johnson lo hace ver fácil con “Glass Onion: Un misterio de Knives Out”, su nuevo y espectacular whodunit que, como la cebolla a la que hace alusión su nombre, tiene capas y capas de intriga, conspiración y buen desarrollo de personajes.

El billonario Miles Bron (Edward Norton) ha convocado a su círculo cercano de amigos a su isla privada para pasar un fin de semana resolviendo un murder mystery de su invención. Apodados “Los Perturbadores”, este círculo está integrado por la problemática exmodelo Birdie Jay (Kate Hudson) y su asistente Peg (Jessica Henwick); el influencer en pro de los derechos del hombre Duke Cody (Dave Bautista) y su novia Whiskey (Madelyn Cline); Lionel Toussaint (Leslie Odom Jr.), científico jefe de la compañía de Miles; Claire Debella (Kathryn Hahn), una corrupta gobernadora liberal; y Andi Brand (Janelle Monáe), la excompañera de negocios de Miles. Sin embargo, una persona más ha sido convocada a la isla, y no por invitación de Miles: el famoso detective Benoit Blanc (Daniel Craig). ¿Por qué?

La magia de “Glass Onion” es que Johnson juega con el concepto del whodunit para crear un impredecible constructo de misterio. Ni siquiera hemos llegado a la mitad del filme cuando Johnson pone de cabeza todo y cambia de víctima; hábilmente reordena las piezas del rompecabezas para contar una nueva historia en donde las intenciones y motivaciones de los personajes son distintas. Y hace todo esto sin marear al espectador, con un guion inteligente, humorístico y sofisticado que, a pesar de ser completamente impredecible, te lleva de la mano para que nunca te pierdas entre tanto giro. Finalmente, cuando llegamos a la resolución, el director (y guionista) tampoco se va por la salida fácil sino que una vez más subvierte para sorprender. 

Y al centro de la narrativa encontramos una oportuna crítica social al privilegio. “Knives Out” estaba enfocada, entre otras cuestiones, en la importancia del inmigrante en Estados Unidos, y “Glass Onion” continúa la labor social de Johnson, quien se burla de la hipocresía moderna de la clase alta en diversas formas y critica el desequilibrio de poder que existe en la sociedad. Influencers, políticos, celebridades, genios o billonarios “tech”, no importa de donde llegue el dinero, todas estas personas privilegiadas son igual de mentirosas y no van a dudar en dejar a un lado la moralidad con tal de proteger su cuello y su dinero; rendirles culto es ridículo. 

El apartado técnico apoya a la perfección al guion. El excéntrico diseño de vestuario a cargo de Jenny Eagan, la fotografía de Steve Yedlin y el diseño de producción de Rick Heinrichs no solo son llamativos al ojo sino que además potencializan la personalidad de cada elemento y destacan la banalidad de la riqueza que los rodea. 

Una vez más, Daniel Craig es una maravilla como Benoit Blanc: utiliza su encanto para cautivar y esconder su inteligencia, es divertido y tiene un ligero toque caricaturesco. Y el resto del elenco no se queda atrás, casi todxs se destacan de una manera u otra. Vulnerable y explosive, Janelle Monáe (“The Glorias”) es el corazón de la película; Kate Hudson (“Mona Lisa and the Blood Moon”) es una efervescente narcisista; Leslie Odom Jr. (“One Night in Miami”) maneja con gran tino los sentimientos de culpa de su personaje; Kathryn Hahn (“WandaVision”) plasma el hambre de poder de su encasillada Claire; Dave Bautista (“Army of the Dead”) es excelente como un hombre inmaduro cuyos músculos contrastan con su inseguridad; y Edward Norton (“The French Dispatch”) es soberbio como un mojón adinerado cuya única virtud es saber cómo manipular a los demás para que le sean leales. Incluso Noah Segan, fiel colaborador de Johnson, la rompe en un pequeño pero cotorro papel que tiene el tiempo perfecto en pantalla.

Es un testimonio de la magistral escritura de Rian Johnson que la duración de 140 minutos nunca se siente, al contrario, “Glass Onion” fluye como el agua y te cautiva a lo largo de cada segundo de su metraje, y lo hace sin necesidad de repetir aspectos de su predecesora. Es un whodunit original y sumamente satisfactorio que entretiene de inicio a fin a partir de la conjunción orgánica de sus elementos narrativos, actorales y técnicos. 

“Glass Onion: Un misterio de Knives Out” ya se encuentra disponible en Netflix.