Se dice que todas las historias han sido contadas, pero que la diferencia radica en cómo se les puede (re)presentar, con qué perspectiva y de qué manera. En la superficie, Háblame (o Talk to Me) parece ser otra película sobre posesiones y el duelo, pero gracias a los hermanos Danny y Michael Philippou (también conocidos como RackaRacka), tenemos una historia con un enfoque juvenil y que no teme a ser explícita en ningún aspecto técnico. Mia (Sophie Wilde) se topa con una nueva atracción: una mano embalsamada que sirve para contactar espíritus y permitir que entren a tu cuerpo, al momento en que la tomas. 

Con una duración de 95 minutos, es difícil contar a la perfección una historia que profundiza en la angustia adolescente y la búsqueda de atención (no de manera peyorativa, sino como medio de refugio). Los primeros dos actos se construyen con fluidez pues no solo vemos a Mia sino a más personajes que son esenciales para el desarrollo de Háblame, y son justamente los partícipes de las sesiones de posesión: Jade (Alexandra Jensen), es escéptica cuando mira en redes a todo un grupo de adolescentes extasiados por la posesión de alguien más, pero es convencida por Mia para asistir a estas reuniones; Hayley (Zoe Terakes) y Joss (Chris Alosio) son quienes inician “la fiesta” al traer la mano y posicionarla en medio de la habitación, y el resto es predecible: Mia disfruta la emoción de estar en contacto con los espíritus y de cierta forma funciona como una droga, una futura adicción que simula ayudarle para hacerle frente al aniversario luctuoso de su madre.

En un inicio puedes identificar los elementos o tropos del horror como si fuera una lista del mandado, por ejemplo, ver a un animal moribundo en medio de la calle. En ese momento parece que la escena es gratuita, que solo está ahí para causar temor de lo que puede venir más adelante en la cinta, pero el guion de Danny y Bill Hinzman toma nota de cada cliché que presentan para luego utilizarlo de una manera distinta a la que hemos estado acostumbrados. Es en el tercer acto donde el filme pierde un poco de fuerza, pues ocurren y se descubren muchas cosas casi al mismo tiempo, ocasionado una que otra confusión sobre qué es lo que está pasando, ¿o acaso esto era intencional? El guion no es perfecto, algunos tropos no son reinventados, pero es impresionante para ser un debut.

Los hermanos Philippou son famosos por sus videos de YouTube meramente violentos pero que combinaban comedia, horror y acción. Desde ahí se podía notar la importancia que ambos le tienen a los efectos prácticos sobre los VFX, que si bien usaron tanto para cortos como para el largometraje, son meras herramientas que hacen resaltar lo gráfico y asqueroso que pueden llegar a ser los efectos prácticos. Háblame no está llena de jumpscares, los pocos que hay son utilizados inteligentemente y presentados con ayuda de prostéticos, además de un diseño sonoro que transporta al espectador a lo que solo perciben un par de personajes. Otro aspecto importante que se pudo trasladar desde YouTube fueron los rápidos movimientos de cámara que se enfocan en la acción inmediata y, en el caso de Háblame, el director de fotografía Aaron McLisky te obliga a ver cuando menos lo quieres.

El horror visual es mínimo si comparamos la duración de la cinta, pero lo que vemos es poco cohibido y grotesco. Está la creencia de que si una película gana Mejor Maquillaje y Peluquería en los Oscars, es casi seguro que también se lleve el premio en las categorías de actuación; es una conexión que funciona con la ayuda de la otra, pues si alguna falla, el efecto no será el deseado. Quienes se llevan los palmares detrás de escenas son Rebecca Buratto (jefa del departamento de maquillaje, también colaboradora frecuente de los Philippou), Cassie O’Brien Pollard (artista de prostéticos) y Helen Tick (efectos de maquillaje) por materializar viscosamente lo repulsivo que pueden llegar a ser de los personajes, mientras que en el lado actoral se resaltan a Sophie Wilde y Joe Bird (personificando a Riley, un personaje clave), quienes hacen el trabajo pesado de actuar más de un personaje, pues ambos son múltiplemente poseídos. Siendo el debut protagónico de Wilde, ella carga a un personaje imperfecto, conflictivo e inmaduro como lo es Mia, pero por más que se autodestruya, no puedes dejar de verla.

Háblame demuestra el potencial que Danny y Michael Philippou tienen en el mundo del cine; es un debut decente con momentos entretenidos, terroríficos e incluso cómicos en algunas instancias. A pesar de que el mensaje pudiera interpretarse como “los jóvenes solo buscan la atención de todos sin importar lo que tengan que hacer”, mantiene un margen de respeto hacia los adolescentes y remarca la necesidad que tienen para ser escuchados al costo que sea, incluyendo tener conversaciones con espíritus que solo desean lo peor para ti.

“Háblame” o “Talk to Me” ya está disponible en cines a través de Diamond Films.