El reciente lanzamiento de la serie “Dahmer” en Netflix ha abierto de nuevo el debate sobre los peligros de glorificar a los asesinos seriales, sobre todo aquellos que sí existieron. Muchos trabajos, tanto documentales como de ficción, han retratado a lo largo de los años la vida y crímenes de despiadados seres, explotando el morbo en favor del entretenimiento. El aspecto más problemático de esto es probablemente cómo se hace del asesino una leyenda, se lo pinta como alguien especial, una especie de genio macabro. “Holy Spider” (o “Araña sagrada”), del director Ali Abbasi, evita brillantemente caer en esta trampa en un escalofriante, perturbador y efectivo thriller.
La película se basa en el caso real de un asesino conocido como “la Araña” en la ciudad de Mashhad, considerada uno de los centros religiosos más importantes de Irán. Este hombre (interpretado por Mehdi Bajestani) es un veterano de guerra quien, frustrado por no haber muerto como mártir, se dedica a matar trabajadoras sexuales con la excusa de limpiar la ciudad del supuesto pecado y depravación. A nadie parece importarle, excepto a Rahimi (Zar Amir-Ebrahimi), una periodista que hace todo lo posible por atraparlo, incluso poner en peligro su vida.
Quienes sean amantes de este tipo de historias inmediatamente encontrarán las similitudes con varias de ellas, particularmente “El silencio de los inocentes”. El director teje lentamente este juego de gato y el ratón, donde Rahimi tiene una clara desventaja debido a una sociedad machista y en extremo religiosa: cuando quiere rentar un cuarto en un hotel, le preguntan dónde está su marido; la policía no la toma en serio y solo buscan coquetear con ella; nadie hace caso a sus sospechas.
El asesino es interpretado por Mehdi Bajestani con patetismo: lejos de la vibra macabra con la cual otros pintan a este tipo de personajes, la Araña es un hombre frustrado, un padre de familia insatisfecho con su vida y cuyo frágil ego lo lleva a justificar su misoginia como propósito divino. La película deja muy en claro que si este hombre pudo cometer sus crímenes por tanto tiempo no fue debido a su gran mente criminal, sino a un sistema que verdaderamente no se preocupaba por las víctimas.
Zar Amir-Ebrahimi, quien ganó el premio a Mejor Actriz en Cannes por este papel, es increíble como la incansable pero terca periodista. Detrás de su fachada dura, ella conoce los peligros de ser mujer en una ciudad como Mashhad, pero sus ansias de justicia pueden más que sus miedos. Aunque el guion a veces parece más interesado en seguir al criminal, la fuerza que transmite la actriz compensa esto y pone en equilibrio la balanza.
Con tomas largas que aumentan el suspenso y un acercamiento nada sensacionalista a los asesinatos, la fotografía ayuda a generar un entorno sórdido y mantener a la audiencia en constante tensión. La secuencia inicial particularmente resulta casi insoportable debido a su brutalidad y crudeza. La música y la ambientación recuerdan a los mejores ejemplos de cine noir, donde la temible ciudad es un depredador más para nuestra heroína, con sus calles oscuras en las cuales cualquiera puede ser un enemigo.
Ali Abbasi se muestra más que capaz de traernos una historia llena de giros y misterio sin nunca glorificar a su villano. Lo explícito y violento de “Holy Spider” definitivamente no gustará a todos, pero si tienes un estómago fuerte te encontrarás con un trabajo poderoso cuyos relevantes temas e impecable factura te atraparán en su red desde el primer momento.
“Holy Spider” o “Araña sagrada” formó parte de la sección World Highlights del Festival Internacional de Cine de Los Cabos 2022. Es la selección de Dinamarca para el Oscar de Mejor Película Internacional 2023.