El nuevo proyecto de DreamWorks después de la exitosa Gato con botas: El último deseo tiene como nombre Krakens y sirenas: Conoce a los Gillman, dirigido por Kirk DeMicco y la debutante Faryn Pearl, la cual resulta ser una propuesta bastante simpática y colorida, pero con poco corazón debido a la unidimensionalidad de sus personajes y la falta de fuerza en sus conflictos.
Ruby Gillman (Lana Condor en inglés y Azul Guaita en español latino) es una kraken de 16 años que busca un lugar en su familia, su escuela y la vida. Agatha (Toni Collette / Adriana Casas), su madre, la ha reprimido y sobreprotegido demasiado al grado de prohibirle meterse al agua, pues abajo se esconde un secreto familiar que en el pasado marcó el rumbo de todos los Gillman. Un día, después de que Ruby arruina el primer encuentro con el chico que le gusta, aparece Chelsea (Annie Murphy / Nina Rubín), una sirena bella y extrovertida, quien tiene la idea de sanar la relación entre sirenas y krakens, y para ello convence a Ruby de recuperar un tridente que reconciliará a las dos facciones, aunque eso conlleve nadar hacia las profundidades del mar.
El detallado e innovador trabajo pictórico y comiquero que realizaron los cientos de animadores en las dos últimas películas de DreamWorks (Gato con botas: El último deseo y Los tipos malos), sin duda elevaron la vara en cuanto a propuesta y calidad que la marca desea impregnarle a sus productos, sin embargo, Krakens y sirenas se queda muy por debajo de esa vara al no tener alguna innovación o diferencia marcada en la composición de la animación. Sí, la cinta es cumplidora pero se limita a tener agradables diseños, tanto de personajes como de los espacios, así como jugar con una vasta y atractiva paleta de colores, sobre todo en las secuencias que involucran al mundo de los krakens y en los momentos de acción hacia el final, pero sin nada sorprendente, innovador o que la posicione a la par de las propuestas anteriormente mencionadas.
Los guionistas Pam Brady, Brian C. Brown y Elliott DiGuiseppi ponen sobre la mesa temas como la emancipación del personaje principal y la problemática relación entre madre e hija sin realmente aportar algo distinto a la conversación o abogar por un interesante armado narrativo como sí lo hicieron las recientes Elementos y Encanto. Los conflictos y sus resoluciones se abordan desde un punto previsible, lo que a la postre elimina cualquier intento de giro de tuerca inesperado: Desde el principio se establece que los krakens han encarnado una guerra centenaria contra las sirenas y por consiguiente es notorio que Chelsea, pese a su disfraz de heroína, es la antagonista principal porque hace todo lo posible por manipular a Ruby para conseguir un tridente y reinar todo el mundo; ni siquiera existe un interés por disimular o despistar al espectador.
La narración avanza con ayuda de personajes unidimensionales, que tienen mucho enfoque cómico pero poca exploración sentimental, es por eso que los vínculos se perciben débiles. Pocos momentos logran emocionar debido a la empatía generada con el personaje principal y su madre, en particular por sus comportamientos melancólicos, pero de ahí en fuera la mayoría de las secuencias se sostienen por personajes que están ahí para hacer reír y no aportan mucho al fortalecimiento de los lazos.
Krakens y sirenas: Conoce a los Gillman se trata de una cinta animada con decente hechura técnica, pero que lamentablemente está por debajo de los nuevos estándares de proposición e innovación de DreamWorks. Es una película que los niños disfrutarán la primera vez, pero muy probablemente no querrán revisitar, ya que es poco memorable y tiene una historia similar a otras propuestas mucho mejor realizadas.
“Krakens y sirenas: Conoce a los Gillman” ya está disponible en cines.
Imagen de portada cortesía de Universal Pictures.