Laura aparece a cuadro en los primeros minutos de “La Civil”, largometraje narrativo debut de Teodora Ana Mihai. Laura se arregla con una gran sonrisa en el rostro; vemos con detalle su cara y sus ojos llenos de vida mientras se mensajea con alguien por WhatsApp y bromea con su madre Cielo (Arcelia Ramírez). Pero esa es la última vez que están juntas porque Cielo ya no vuelve a ver a Laura.

La pesadilla comienza cuando Cielo es interceptada por un grupo de secuestradores liderados por El Puma (Juan Daniel García Treviño); tienen a Laura y con inquietante frialdad piden su rescate. Cielo y su descuidado exesposo Gustavo (Álvaro Guerrero) reúnen dinero, pero no es suficiente. Laura no es liberada.

¿Qué puede hacer entonces una madre desesperada? ¿Qué hacer cuando las autoridades parecen indiferentes? ¿Cómo vivir bajo la aplastante incertidumbre del destino de tu hija? Cielo decide hacer su propia investigación. Habla con víctimas de extorsión y amenaza, persigue a personas sospechosas y obtiene suficiente información valiosa para llamar la atención del teniente Lamarque (Jorge A. Jiménez), quien la recluta para adentrarse al infierno de los cárteles locales y así intentar encontrar a su hija.

Esta es una película de terror sin seres sobrenaturales, cuchillos o espantos. El terror radica en la autenticidad de su historia; un terror que el pueblo mexicano ya se ha acostumbrado a ver en televisión y en las noticias, o peor: a vivirlo en carne propia. Frases familiares como “¿Por qué la dejas salir?”, “A nadie le importa”, “Lo de siempre” se escuchan como pilares de una aterradora y desesperanzadora incertidumbre que Mihai captura con un ojo atento y entrenado en el arte de la observación, mismo que le ayudó a dirigir su galardonado documental “Waiting for August” en 2014. 

Y es que “La Civil” fue inicialmente concebido como un proyecto documental inspirado por una madre mexicana que le compartió su historia a la cineasta rumana. Pero el peligro y la censura convirtió a este filme en una ficción dolorosamente real apoyada por la pluma del escritor Habacuc Antonto De Rosario.

El filme plantea a una persona arrastrada por una corriente de violencia como producto de la desesperación y la indiferencia a su alrededor. El teniente Lamarque — de mano de una gran actuación de Jiménez — provee una pantalla de desahogo y justicia, pero la brutalidad de sus métodos introduce complejos aspectos éticos a la historia, acentuando la transformación de Cielo. Los cambios de ritmo son un refuerzo adicional y un espejo del camino de la protagonista; en medio del drama, Mihai es capaz de insertar feroces escenas que bordean en acción sin llegar a ser espectáculo.

La-Civil-02-Arcelia-Ramírez
“La Civil” | Cortesía de THE PR FACTORY

La poderosa actuación de Arcelia Ramírez (“Te llevo conmigo”) camina entre la fortaleza y la fragilidad de un ser roto que intenta renacer de las cenizas para meterse a la boca del diablo. Una civil forzada a ver y ser partícipe de hechos aterradores.

Juan Daniel García Treviño demuestra que lo de “Ya no estoy aquí” no fue solo un chispazo de talento. Este joven va en serio. Su presencia en “La Civil” es escasa, pero memorable. Treviño devora la pantalla con una confianza aterradora que te hará temblar. La sonrisa despiadada y los ojos carentes de remordimiento, todo está ahí. A través de su actuación, la película captura esa perturbadora libertad con la que opera el crimen en México.

La relación entre Cielo y su exesposo Gustavo le da profundidad y un tremendo toque de autenticidad a la historia. Gustavo es introducido como el típico macho de rancho que le niega sustento a su familia, habla con mucha seguridad, descalifica a su esposa y le echa la culpa por lo ocurrido a Laura. Pero con el desenvolvimiento de la tragedia, la fachada de Gustavo se va quebrando y su único consuelo es intentar acercarse a Cielo de nuevo. Atrás quedaron las palabras llenas de bravura y descalificaciones: Gustavo es revelado como un cobarde incapaz de tomar acción en tiempos de tragedia; necesita de Cielo, pero Cielo no lo necesita a él. Gustavo se convierte en una carga para una guerrera que, a diferencia suya, nunca temió en ensuciarse las manos. Todo este arco es una gran observación de cómo opera la masculinidad mexicana.

Aunque fue filmada en Durango y retrata con gran eficacia la situación de inseguridad en el país, “La Civil” es una película universal cuya historia sobre una madre buscando a su hija va a resonar en cualquier rincón del planeta. Mihai dirige con asertividad y valentía;  genera tensión insoportable en el primer acto, te muestra imágenes desgarradoras y maneja con sensibilidad los conflictos morales. 

Miriam Rodríguez, madre que inspiró “La Civil” fue asesinada un 10 de mayo. Ese dato cambia radicalmente los segundos finales del filme. De la ambigüedad pasamos a algo más complejo y profundamente triste, el cumplimiento del único deseo en el corazón de una madre: reunirse con su hija.

“La Civil” forma parte de la competencia Un Certain Regard del Festival de Cannes 2021 en donde obtuvo el Premio del Valor. Es una coproducción entre Bélgica, México y Rumania. Se estrena en México el 19 de mayo a través de Cine Caníbal