En 2003 el escritor Ken Scott y el director Jean-Françoise Pouliot estrenaron La grande séduction, una cinta canadiense sobre un pequeño pueblo pesquero intentando conseguir un doctor permanente y así lograr abrir una fábrica que les dé trabajo a todos. El argumento ideado por Scott ha sido tomado y recontextualizado en adaptaciones estadounidenses (The Grand Seduction de 2013), francesas (A Village Almost Perfect! de 2014) y ahora una versión mexicana, La gran seducción, dirigida por Celso R. García (Tangos, tequilas y algunas mentiras) y protagonizada por Memo Villegas y Yalitza Aparicio.
Santa María es un pequeño pueblo ubicado en una isla. En algún momento fue un importante centro pesquero, sin embargo, con la llegada de una empresa dedicada a la pesca todos perdieron su trabajo. Con el tiempo muchos habitantes abandonaron Santa María, otros tomaron la dura decisión de abandonar a sus familias y cruzar a Estados Unidos para mandarles algo de dinero. Al final quedaron solamente 120 habitantes en todo el pueblo.
Las cosas cambian para Santa María cuando la empresa pesquera intenta instalar una nueva planta en el pueblo, sin embargo hay un pequeño problema: necesitan un doctor. Por esta razón Germán (Villegas), Anita (Aparicio), Simón (Eligio Meléndez) y Benjamín (Julio Casado) deciden convencer a todo el pueblo de ayudarlos a “seducir” al Doctor Suárez (Pierre Louis), un médico citadino, y convencerlo de quedarse en Santa María y cambiarle la vida a sus habitantes.
La gran seducción toca un tema importante: las grandes empresas y sus conglomerados que dejan sin trabajo y oportunidades a pueblos pequeños. Este es un problema real que afecta a miles de familias en todo el mundo diariamente, muchos poblados son olvidados y borrados del mapa gracias a las corporaciones y sus estrategias abusivas para apoderarse de los mercados en ciertas regiones, contra quienes obviamente los productores locales no tienen una competencia justa. Es una temática social importante y poco representada. Desgraciadamente la película toca todo esto de forma superficial y lo utiliza como un recurso narrativo manipulador.
El guion, escrito por el mismo Celso R. García y Luciana Herrera Caso (en su primer trabajo como guionista de largometraje), se decanta por la comedia familiar y la creación de situaciones graciosas para divertir a la audiencia. También incluyen algunas secuencias cargadas de drama y calidez para después utilizar estos momentos íntimos para crear más chistes. Esto nos da una sensación de inconsistencia en el tono de la película y la hace parecer más una sucesión de gags bastante disfrutables.
Las actuaciones también son uno de los elementos más inconstantes de la cinta. Memo Villegas (Noche de fuego) es carismático, divertido y da gusto verlo en pantalla, sin embargo nunca profundizamos en su personaje, sus motivaciones y su amor por el pueblo, es más bien el estereotipo bonachón de un hombre del campo. Por otra parte, el personaje recuerda mucho a otros tantos interpretados por el actor en los sketches de Backdoor y no le hace justicia a sus capacidades actorales.
Eligio Meléndez (Sueño en otro idioma), Julio Casado (El que busca, encuentra) y Pierre Louis (Sexo, Pudor y Lágrimas 2) entregan actuaciones bastante entrañables y encorazonadoras. Tampoco profundizamos en ellos, quiénes son o de dónde vienen, son estereotipos huecos, sin embargo el guion se encarga de darles a cada uno de ellos momentos que nos derriten el corazón. Yalitza Aparicio (Roma), por su parte, tiene una aparición corta pero importante para la trama, pero sus expresiones son bastante limitadas y por momentos parece que está leyendo directamente sus diálogos pues los lanza de forma monótona.
Los apartados técnicos son, tal vez, lo más destacado de La gran seducción. La fotografía a cargo de Santiago Sánchez (Semana Santa) realmente logra capturar la belleza de Santa María, sus atardeceres y el lago que la rodea. Esto se conjuga de manera perfecta con el diseño de producción de Ana Solares (La Ley de Herodes), quién le da una personalidad única al pueblo y a las casas de cada uno de sus habitantes.
La gran seducción definitivamente no es una obra maestra, pero sin duda termina siendo una agradable y cálida sorpresa con personajes carismáticos y entrañables. El eje central de la película es importante, pues pocas veces ha sido tratado en el cine mexicano; por esto mismo es una lástima el tratamiento superficial que se le da. En muchos sentidos me recordó a las comedias francesas que nos llegan a través del Tour de Cine Francés: simple, divertida, ligera y disfrutable, pero poco más.
“La gran seducción” es una de las películas preseleccionadas por la AMACC para representar a México en la categoría de Mejor Película Internacional en los premios Oscar 2024 y ya se encuentra disponible en Netflix.