Si pasaste por los años noventa y nunca escuchaste hablar de Julio César Chávez u Óscar De La Hoya, entonces dudo que tengas nacionalidad o herencia mexicana porque estos dos boxeadores eran el pan de todos los días y su rivalidad trascendió las barreras del deporte para convertirse en una batalla de identidades. Y ese es el enfoque bajo el que Eva Longoria Bastón dirige “La Guerra Civil”, documental sobre el choque cultural y deportivo de estos legendarios pugilistas.
En cuanto a forma, “La Guerra Civil” tiene una estructura tradicional que nos presenta progresivamente las vidas de Chávez y de De La Hoya hasta culminar en su gran pelea en 1996. Para ello se apoya en pietaje de archivo y entrevistas a entrenadores, periodistas, agentes, familiares y comentaristas, así como a los propios boxeadores quienes proveen de enriquecedoras perspectivas al filme; con su humor y carisma, Chávez le otorga un enorme empujón energético a la edición. El score, a cargo de Tony Morales, es un agregado de lujo que le da ritmo y sabor latino a la película entera.
Al exponer hitos importantes en las carreras de los pugilistas, como la victoria de De La Hoya en los Juegos Olímpicos de 1992 o la histórica pelea entre Chávez y Meldrick Taylor, Longoria hace énfasis en cómo su fama fue recibida y encumbrada por audiencias mexicanas y latinas, explicando así la cualidad que le da el valor agregado a “La Guerra Civil”: Chávez, nacido en México, era idolatrado, mientras que De La Hoya, de familia mexicana pero nacido en Estados Unidos, nunca fue aceptado totalmente por la cultura mexicana como uno de los suyos.
Una de las cualidades que los diferenciaban, en términos deportivos, era su estilo dentro del cuadrilátero: Chávez boxeaba “a la mexicana”, improvisando, con agresividad, absorbiendo castigo y sufriendo en sus peleas, algo con lo que las familias mexicanas y de inmigrantes se sentían identificadas. De La Hoya, guapo, bilingüe y medallista para los EUA, se convirtió en un atractivo para aficionados de ambos lados de la frontera, particularmente para mujeres, sin embargo, la mayoría de mexicanos no podía dejar de verlo como un “pocho”. De La Hoya explica cómo los insultos y términos despectivos utilizados para describirle, crearon tanto una carga psicológica como una motivación para probar su amor por México. No obstante, Longoria pierde la oportunidad de ahondar en el importante tema del racismo mexicano que se desprende de ese hilo y ronda la película entera. De La Hoya lo menciona y Chávez usa la vieja excusa de “así son los mexicanos” pero hasta ahí queda el asunto.
El documental encuentra algunos problemas en la edición que va y viene entre la vida de Chávez y De La Hoya con poca fluidez; algunas transiciones se sienten forzadas y cortan temáticas interesantes. Pero eso no ocurre cuando finalmente llegamos a la gran pelea pues la inteligente edición asegura un desenlace emocionante y nutrido por los entrevistados.
“La Guerra Civil” flaquea al momento de explorar los aspectos más complejos de la rivalidad De La Hoya vs. Chávez, pero nunca deja de ser un producto sumamente entretenido que logra abarcar con fuerza los aspectos culturales, deportivos y comerciales alrededor de un evento que marcó época.
“La Guerra Civil” tuvo su estreno mundial en Sundance 2022 y es un documental original de DAZN.