Cuando nuestros padres o abuelos cuentan cómo eran las cosas cuando eran niños uno puede notar las diferencias en los comportamientos y principios a lo largo de las décadas: cómo la familia, los roles de género o la relación entre papás e hijos ha evolucionado. Ver L’immensità, del director Emanuele Crialese, es como escuchar una de estas anécdotas: este drama ambientado en Italia en los años 70 retrata una época en la cual las cosas eran muy diferentes y donde muchas de las concepciones que hoy damos por hechas eran consideradas un sinsentido.

Andrea (Luana Giuliani) es un joven trans cuyos familiares se niegan a reconocer como niño. La única que parece entenderlo es su madre, Clara (Penélope Cruz), una mujer llena de vida pero que es presa de una inmensa tristeza debido al maltrato físico y psicológico al que la somete su esposo, Felice (Vincenzo Amato). Andrea poco a poco descubre las limitaciones impuestas por la sociedad y las consecuencias que vienen con llevarle la contraria.

En una escena de la película, el déspota Felice le grita a Clara que él es la única persona cuerda en esa casa: el hombre que golpea a su esposa, maltrata a sus hijos y es en general un ser ausente que cree que por ser el sostén económico puede tratar a su familia como si fuera su propiedad. Esto puede resultar cínico para la audiencia, pero Felice genuinamente lo cree, y no solo él: todos alrededor parecen pensar que Clara está loca por no pegarle a sus hijos y tratarlos como seres humanos.

Son escenas como estas las que hacen de L’immensità un ejercicio interesante de reconstrucción: muchas veces las películas que evocan el pasado lo hacen con nostalgia, una especie de romanticismo que embellece los aspectos más emblemáticos de la época. Sin embargo, acá se nos recuerda (como un balde de agua fría) que el pasado no era tan bonito como se lo hace ver: los “valores tradicionales” que tanta gente añora hoy eran en realidad herramientas para subyugar a otros. La ambientación es impecable justamente para que no nos quede duda de que en realidad así se veía el ayer para muchos, lejos de la imagen de la familia feliz que luego se quiere vender.

Penélope Cruz (Madres paralelas) es maravillosa en el papel de la jovial pero infeliz madre de Andrea, quien logra balancear bien el espíritu libre de su personaje con la limitaciones impuestas por su entorno. Ella respeta y trata de conectar con sus hijos más allá de la relación familiar, sin embargo no acepta ni entiende la identidad de Andrea y también se resigna al comportamiento despreciable de su marido. Clara es la muestra de cómo incluso alguien con mente abierta y un gran corazón no es libre de las presiones e imposiciones sociales, y lo difícil que es despojarse de ellas. En manos de otra actriz, Clara pudo haberse quedado en la idea etérea de madre bondadosa pero sufridora, más un concepto que un personaje, pero Cruz le da profundidad y nos permite ver a la mujer detrás de la máscara que pone ante sus hijos.

Sin embargo, aunque el marketing haga parecer lo contrario, esta es en realidad la historia de Andrea y su proceso de crecimiento en un entorno claramente conservador. Al estilo de Belfast o Armageddon Time, los temas y conflictos de los adultos son mostrados a través de la perspectiva del niño, quien a su vez descubre varias cosas sobre él mismo. Aunque hubiera sido mucho más coherente para la película tener un actor trans en el rol del protagonista (sobre todo teniendo en cuenta la perspectiva desde la que se aborda), Luana Giuliani hace un gran trabajo: transmite las inseguridades, miedos y enojo de su personaje, así como la profunda y complicada relación con su madre. Cuando Cruz y Giuliani están juntas a cuadro, la pantalla brilla por lo reales que se sienten sus interacciones.

Complementada con ingeniosos números musicales de canciones de la época, L’immensità es un drama de crecimiento que retrata muy bien el pasado sin edulcorarlo o suavizarlo. Si algo se le puede criticar es que su tercer acto carece un poco de la potencia emocional de escenas anteriores y, fuera de Clara y Andrea, el resto de personajes se quedan un poco al aire, pero esto es fácilmente contrarrestado por sus muy buenas actuaciones, gran ambientación y poderosa reflexión sobre la transformación de los valores a lo largo de los años.

“L’immensità” ya está disponible para la compra y renta en formatos digitales, DVD y Blu-ray a través de Music Box Films.