Aunque Corea del Sur nos ha dado muchas joyas cinematográficas de géneros y con técnicas variadas, no ha habido un largometraje de stop motion desde Kongjui & Patchui en 1978. Eso cambia ahora con Mother Land, del director Park Jae-beom, una aventura espiritual hecha con mucho cuidado y minuciosidad.

La historia sigue a Krisha (voz de Lee Yunji), una niña que pertenece a una comunidad indígena en Siberia que se dedica a la cría de renos: son sus compañeros, medio de transporte y fuente de alimento. Un día, la madre de Krisha cae enferma y ella va en busca del Maestro del Bosque, un oso rojo gigante que protege a todas las criaturas que habitan en la tundra. Sin embargo, no es la única que quiere encontrar a esta mítica criatura: un par de cazadores enviados por el gobierno ruso también andan al acecho y sus intenciones son mucho más oscuras.

El guion usa la aventura de Krisha para explorar el choque cultural que se da a partir de la industrialización y colonización de territorios ocupados por pueblos indígenas. Si bien la familia de Krisha vive de consumir la carne y la sangre de los renos, se enmarca muy bien el respeto que tienen por la naturaleza y cómo cualquier derramamiento de sangre se hace por supervivencia y no con afán de destrucción, sobre todo en una escena en la cual se sientan a comer en familia y el padre procede, antes de que cualquiera coma, a tirar algo de sangre al suelo y pedir por el espíritu del reno. Sin embargo, para ser más coherente con este mensaje, el director sí pudo haber sido menos explícito en el sacrificio en sí, pues mostrar el despellejamiento del reno con tanto detalle se siente como un rompimiento de la solemnidad que le tienen sus personajes.

Por otro lado, las autoridades cazan por ambición, por mostrar el poder del hombre frente a los animales sin piedad o control. “El suelo no debe mancharse de sangre de venganza”, le explica el padre a la niña cuando ella le pregunta por qué no hace nada ante los cazadores, mientras ellos no tienen reparo en destruir todo árbol o agredir a cualquier persona que haya en el camino.

La animación de Mother Land es preciosa: todos los personajes tienen un gran detalle y expresividad. La ropa,  las casas de campaña, los renos y el Maestro del Bosque están hechos con mucha precisión. Una escena entre la protagonista y el oso recuerda en más de una forma a La princesa Mononoke por su belleza y cómo está construida. Entre viajes abajo de auroras boreales o secuencias llenas de misticismo, hay mucho que admirar en la pantalla.

La aventura en sí es sencilla: dura poco más de una hora, la protagonista tiene un objetivo y obstáculos claros, las apuestas van aumentando y en ningún momento aburre. La cosmovisión de estas personas es integrada con la trama, la cual tiene toques fantásticos que aportan al conflicto central y al crecimiento del personaje.

Mother Land es un viaje que nos adentra a la grandeza congelada de la tundra siberiana. Su bella animación es acompañada de una aventura bien construida con toques místicos y mucha emoción, aunque un poco más cruda de lo que uno pensaría en un primer momento.

“Mother Land” tuvo su estreno norteamericano en Fantasia Fest 2023.

Foto de portada cortesía de Fantasia Fest 2023.