Ya sea en Bielorrusia, China, Argentina, México o el país que me digas, darle poder al ejército nunca es la respuesta a nada. El escalofriante documental “Motherland” es otro recordatorio de esto. Aquí, el dúo de Hanna Badziaka y Alexander Mihalkovich pinta un retrato minucioso de todo un país (Bielorrusia) tomando como punto de partida su brutal cultura militar.
Heredada del ejército soviético, la ‘dedovshchina’ (traducido literalmente como “la ley de los abuelos”) es una especie de tradición que consiste en humillar a los nuevos reclutas del ejército: enfermizas novatadas que bien podrían ser consideradas como tortura y que han provocado la muerte de más de un joven. Uno de estos casos es el de Sasha, fallecido hijo de Svetlana, una madre a quien seguimos a lo largo del documental mientras intenta buscar justicia.
El segundo sujeto de “Motherland” es Nikita, un joven que, motivado por su patriótico padre, está por comenzar su servicio militar. A través de sus experiencias es que sus amigos, provenientes de la escena techno underground, refuerzan sus ideas antimilitares.
Badziaka y Mihalkovich prescinden de cualquier herramienta didáctica, como narraciones o entrevistas, y utilizan la propia forma del filme para permitirnos observar, estudiar y comprender la situación de violencia y abuso de poder en Bielorrusia. El montaje y el uso de color son utilizados para acentuar un sentimiento de opresión y pesimismo que es reforzado por todo lo que vemos y escuchamos a cuadro, como la propaganda militar en las calles y los desfiles que rinden culto al ejército, o los testimonios de madres que, como Svetlana, perdieron a sus hijos durante el servicio militar; todas parecen coincidir en que los cadáveres de sus hijos estaban llenos de moretones y otras señales que contradicen la corrupta versión del ejército de la causa de sus muertes.
Tal vez la herramienta más poderosa es la lectura de una serie de cartas, escritas por el director Mihalkovich a su madre durante su propio servicio militar, que escuchamos a lo largo del filme. En ellas podemos sentir el hartazgo y decepción del autor, quien con melancólica naturalidad expone la normalización de la violencia en el ejército y las prácticas retrógradas de humillación perpetradas por sus “abuelos”. La reveladora evolución psicológica de Mihalkovich es un poderoso testigo del placer que provoca el abuso de poder y que ha consumido a tantas autoridades.
La influencia de esta cultura de brutalidad se hace más evidente cuando estallan una serie de protestas en contra de la reelección de Aleksandr Lukashenko, presidente y amigo de Putin quien se ha referido a sí mismo como el “último dictador en Europa”. Es aquí cuando todas las piezas encajan y la contenida dirección de Badziaka y Mihalkovich da frutos, pues todo lo que hasta ese punto se había inferido, se hace realidad frente a tus ojos con una aterradora demostración de brutalidad policial y represión militar.
Minutos más tarde en “Motherland”, vemos a un gran número de protestantes y prisioneros políticos ser liberados ante una multitud en completo silencio. Las palabras no son necesarias porque ese silencio transmite el miedo, la impotencia, el odio y la desesperanza de un pueblo que está ante la merced de una sistema lavacerebros y normalizador de violencia que ha extendido sus tentáculos hasta el núcleo de su sociedad.
“Mortherland” tuvo su estreno mundial en CPH:DOX 2023 en donde ganó el DOX:Award (competencia principal).