Directa del Festival Internacional de Cine de los Cabos, en su décima edición, nos llega “Night Raiders”, ópera prima de la directora canadiense Danis Goulet y producida por el neozelandés Taika Waititi, un filme que mezcla ciencia ficción distópica con el folclor e historias de los Cree, una de las naciones amerindias más antiguas y grandes de Canadá.

La película nos presenta un mundo postapocalíptico en el cual los niños son separados de sus padres a muy temprana edad para enviarlos a academias militares donde son instruidos y adoctrinados para servir al estado totalitario que ha tomado el control. Aquí seguimos la historia de Niska (Elle-Máijá Tailfeathers), una mujer Cree que ha sobrevivido 11 años escondida en el bosque con su hija Waseese (Brooklyn Letexier-Hart) huyendo de los militares y sus drones, los cuales buscan capturar a la niña. Tras una serie de acontecimientos e infortunios Niska y su hija son separadas: la primera termina uniéndose a la resistencia Cree buscando rescatar a su pequeña, y la niña, a su vez, llega a una de las academias, lugar donde buscan eliminar cualquier rasgo de su vida anterior.

Lo más destacable en “Night Raiders” son las constantes evocaciones al pasado: la colonización e imposición de ideas y cultura sufridas por los pueblos originarios del continente americano al entrar en contacto con los conquistadores europeos; esa historia constante de violencia, segregación e intolerancia es trasladada a un contexto sci-fi con influencias que van desde “Children of Men” de Alfonso Cuarón hasta “The Hunger Games” de Francis Lawrence y Gary Ross.

La ficción de la directora canadiense resuena fuertemente en el violento pasado de la nación del norte del continente al equiparar las prácticas vergonzosas que llevaron a cabo los gobiernos de Canadá para mantener al límite a la población indígena del país, separando en el proceso a decenas de familias con un régimen militar totalitarista: los métodos son los mismos pero la ciencia ficción le otorga un carácter universal a una temática particular.

Sin embargo, el importante mensaje que Goulet busca transmitir en su película termina por sentirse incompleto debido a la falta de desarrollo en sus personajes, llenos de estereotipos propios del género, y a los constantes clichés narrativos, llevándonos a callejones sin salida de los cuales difícilmente saldría la cinta si no fuera por la magia del guion, un recurso usado demasiadas veces para un filme de tan corta duración como este.

“Night Raiders” nos presenta un mundo por demás conocido dentro de la ciencia ficción pero lo va poblando con el folclore de un pueblo ancestral cuyo único y legítimo reclamo es el derecho a conservar su identidad. A pesar de dar muestras de querer ir más allá, y darlo todo por la cultura aquí representada, se queda a la mitad del camino al ofrecernos poco con su narrativa y eso la condena a no sobresalir dentro de un género que constantemente busca propuestas frescas que se destaquen por encima de las muchas películas de corte postapocalíptico que tenemos  al año.

La voz de Goulet es potente y pega sobre la mesa al hacer un gran uso del género para trasladar problemas pasados y presentes a un futuro gris y  desesperanzador, uno al que día con día nos acercamos peligrosamente.

“Night Raiders” formó parte de la Competencia del Festival Internacional de Cine de Los Cabos 2021.