Durante décadas, la cantante Sinéad O’Connor (ahora llamada Shuhada’ Sadaqat) fue insultada por los medios de comunicación y reducida a nada más que una celebridad buscando llamar la atención. Pero este repudio era porque O’Connor estaba rompiendo barreras a través de discursos progresistas que chocaban con la sociedad rígida y cerrada de los ochentas y noventas. Dirigiendo su largometraje debut, “Nothing Compares”, Kathryn Ferguson nos explica esto examinando la historia y carrera de la controversial cantante bajo un lente contemporáneo que da como resultado un retrato cautivador de una mujer influyente y adelantada a su tiempo.
Ferguson desarrolla el documental de manera directa y en orden cronológico: aprendemos sobre la infancia de O’Connor, los abusos de su madre, la opresión de la sociedad irlandesa, su residencia en una institución operada por las Hermanas de la Misericordia, su descubrimiento por el baterista de la banda In Tua Nua, su rápido ascenso a la fama con su disco debut The Lion and the Cobra y el muy exitoso sencillo Nothing Compares 2 U, y las protestas que la convirtieron en una artista marcada por los medios.
Sin embargo, “Nothing Compares” no es limitada por su estructura aparentemente tradicional, pues Ferguson juega con la forma para crear una narrativa envolvente; utiliza entrevistas a la propia O’Connor y personas cercanas a ella (como su exesposo John Reynolds y su manejadora Claire Lewis) como guías para contar la historia, sin poner ninguna de ellas a cuadro para evitar distracciones. En su lugar, combina una jugosa cantidad de fotos y pietaje de conciertos y entrevistas televisivas utilizando una edición compacta y feroz a cargo de Mick Mahon, misma que imita la esencia intrépida de la cantante. La voz de O’Connor es tal vez su herramienta más poderosa, pues las canciones funcionan como conductoras emocionales del hilo narrativo en turno, ilustrando de manera artística aquello relatado por las entrevistas.
El fondo va más allá de una exploración artística de O’Connor. Ferguson contextualiza la infancia de la cantante, marcada por abuso físico y psicológico, y hace énfasis en los años ochenta y noventa (entre 1987 y 1993 específicamente) para revelar paulatinamente la naturaleza plástica, superficial y patriarcal de la industria musical a la que O’Connor se enfrentó durante todos esos años.
La cabeza rapada, sentido de la moda y actitud rebelde de la cantante eran un contraste con las concepciones típicas de mujer de la época. Participó en proyectos y marchas a favor del aborto y los derechos de la mujer, así como en protestas en contra del racismo en la industria. Pero los medios finalmente se volcaron en su contra cuando se negó a que reprodujeran el himno de los Estados Unidos antes de sus conciertos y aún más, tras su “escandalosa” presentación en Saturday Night Live cuando rompiera una foto del Papa Juan Pablo II en protesta a los alegatos de pedofilia en la Iglesia.
La siguiente semana en SNL, el público aplaudió fervientemente a un Joe Pesci amenazando con darle una paliza. Dos semanas después, O’Connor fue recibida en un concierto tributo a Bob Dylan con una estruendosa mezcla de vítores y abucheos, obligándola a cambiar su presentación; es tremenda la ironía del pueblo americano demostrando odio hacia una cantante denunciando injusticias sociales… en un evento dedicado a Dylan.
Es así que el documental pasa de ser una simple exploración de la vida de una artista a un estudio de la toxicidad de los medios de comunicación, los estragos de la opresión religiosa y, en menor manera, de la profunda hipocresía existente en el patriotismo estadounidense. La propia O’Connor lo dice en su entrevista: sus actos eran espejos y a la sociedad no le gustaba lo que veía reflejado.
O’Connor denunció actos como racismo y pedofilia y como respuesta recibió censura, acoso y agresiones psicológicas, mismas que, como la exitosa ejecución de este filme deja en claro, dejaron secuelas en ella y por extensión, su familia. Y aunque la producción de “Nothing Compares” terminó antes de la trágica muerte de su hijo, el filme indirectamente crea un entendimiento de la vulnerabilidad de la cantante.
Con “Nothing Compares” Kathryn Ferguson ofrece un potente reivindicación de la historia y legado de O’Connor, cuyo espíritu rebelde e ímpetu por denunciar injusticias inspiró a generaciones venideras. Es un brillante documental que encumbra y brinda justicia a la imagen de una feminista que utilizó su voz y estilo para luchar contra los juegos podridos de la sociedad.
“Nothing Compares” tuvo su estreno mundial en Sundance 2022 compitiendo en la sección de World Cinema Documentary.