La pasión es una de las cosas que debe tener un artista, sin ella no existirían las obras y creaciones que conocemos, y Guillermo del Toro demuestra exactamente eso con “Pinocho” o “Pinocchio”, proyecto en el que trabajó por 15 años para crear una historia llena de amor y enseñanza por medio de la animación stop-motion. Codirigida con Mark Gustafson (director de animación en “Fantastic Mr. Fox”), la cinta de Netflix relata las famosas aventuras del niño de madera originalmente escritas por Carlo Collodi en 1883, pero con un enfoque más oscuro e introspectivo.

Cada vez se hacen más fuertes las conversaciones en torno a la animación: siempre se ha notado que los Oscars demeritan sus alcances y la catalogan como producto para niños, pero este año lo dijeron abiertamente antes de anunciar a la ganadora a Mejor Película Animada. El repudio no se hizo esperar, pues cinéfilos, animadores y gente de la industria creativa alzaron la voz, reafirmando que no es un género cinematográfico ni debe ser para un público selecto, y “Pinocho de Guillermo del Toro” confirma eso. La película inicia con una demostración del poder que tiene el duelo sobre una persona y su consecuente decadencia: Geppetto (voz de David Bradley) llora y se emborracha por la pérdida de Carlo, su hijo. No es un escenario que un infante debería presenciar, pero la muerte de un ser querido no tiene restricciones de edad.

Así como Del Toro, Gustafson y todo el equipo que armó la película, Geppetto pone la pasión que le tenía a su hijo en la creación de un muñeco de madera, aunque no en las condiciones ideales, pues lo hace durante un arranque de ira. Al ver el estado del viejo carpintero, un ser mágico (Tilda Swinton) se compadece y decide darle vida a su pequeña creación. Chillante y caótico, Pinocho (Gregory Mann) hace temblar las cuatro paredes de su hogar, despertando a un Geppetto que niega su existencia, y a Sebastian J. Cricket (Ewan McGregor), a quien conocemos como Pepe Grillo en las adaptaciones de Disney y que aquí tiene un papel de consejero para el protagonista, y tanto narrador como alivio cómico para la audiencia.

“El laberinto del Fauno” y “El espinazo del diablo” comparten con “Pinocho” una línea narrativa con comentario antifascista que involucraa la juventud. La guerra es muy importante para el desarrollo de los personajes, es la fuerza implacable que obliga a los jóvenes a pensar como adultos, incluso cuando no pueden comprender todo lo que está pasando. Es frío verlo en películas como “Come and See” y “La tumba de las luciérnagas”, pero en este caso, “Pinocho” te cobija con esperanza e inocencia, probando que la maldad no es lo único que existe en esos momentos históricos. Incluso hay actos musicales que amenizan las situaciones y se burlan del régimen de la época (la Italia fascista de Mussolini), además de momentos emotivos y especiales como lo es la interpretación de “Ciao Papa”.

Siguiendo la pauta que han dado los cuentos de hadas, el resto de la cinta es una odisea y aprendizaje para todos los personajes, sean aliados o enemigos dentro de la historia. A través de ella, el espectador puede terminar cautivado por la aventura y el estupendo trabajo artesanal en la creación e interacción entre personajes, diseño de producción, efectos especiales y todo lo que se tuvo que modificar cuadro por cuadro para darle vida al proyecto. Un equipo encargado de esto fue Taller del Chucho, estudio de animación tapatío responsable de labores como dirección de arte, supervisión de animación, departamento de marionetas, entre otras labores.  

Retomando las palabras de Del Toro previo a la función de “Pinocho” en el Festival Internacional de Cine de Morelia 2022, “los verdaderos actores de la cinta son los animadores”, pues son ellos quienes crean el lenguaje corporal y facial del elenco: a la par que Pinocho cobra vida dentro del cuento de hadas, también lo hacen todos los personajes cuando los animan para la película. Esta versión de “Pinocho” desobedece al pesimismo, pero también entiende que debe sobrellevar los momentos amargos para seguir adelante, pues son necesarios para aceptar las maravillas del futuro.

“Pinocho de Guillermo del Toro” formó parte del Festival Internacional de Cine de Morelia 2022. Se estrenará en cines selectos el 24 de noviembre y llegará a Netflix el 9 de diciembre. Imagen de portada cortesía de Netflix.