¿Qué es lo que hace a las comedias románticas tan irresistibles? ¿Es la certeza que su estructura, ya bastante conocida, le da al espectador? ¿O es la alegría que nos da ver a dos personas que sabemos que están hechas una para la otra enamorarse en pantalla? Sea por la razón que sea, mediante las romcoms se nos han mostrado muchas de las dinámicas de enamoramiento y romance, por lo cual se agradece que en los años más recientes sus historias sean sobre grupos más diversos que la típica pareja blanca heterosexual. Rojo, blanco y sangre azul (o Red, White and Royal Blue), del director Matthew López, es un reciente ejemplo de esto: un hermoso romance entre dos hombres separados por sus contextos sociales.

En el clásico estilo de enemigos a amantes, la película cuenta la historia de Henry (Nicholas Galitzine), príncipe de Reino Unido, y Alex (Taylor Zakhar Perez), hijo de la presidenta de los Estados Unidos (Uma Thurman). Debido a un altercado que hace ruido en los principales medios del mundo, Henry y Alex son obligados por sus respectivas familias a pasar tiempo juntos. Sin embargo, lo que comenzó como un desagrado natural entre los dos poco a poco deriva en romance, el cual es complicado debido a los deberes reales del príncipe y a la presión que tiene Alex por la campaña de reelección de su madre.

López entiende que la clave del éxito para toda comedia romántica es la química entre sus protagonistas, algo que a Galitzine y Zakhar Perez les sobra. Aunque ambos son muy atractivos, esto no es suficiente cuando se trata de presentar un romance exitoso en pantalla: hemos tenido incontables ejemplos de parejas guapísimas poco convincentes en el cine. Sin embargo, ese no es el caso acá, pues ambos han probado ser buenos intereses románticos en proyectos poco afortunados: Galitzine en las terribles Cenicienta y Corazones malheridos, y Zakhar Perez en la infame franquicia de El stand de los besos. Afortunadamente, este trabajo les permite explotar sus dotes como protagonistas románticos en una mucho mejor historia que aquellas de los ejemplos antes mencionados.

La relación entre ambos se desarrolla de forma orgánica y paulatina: el romance es creíble y te derrite el corazón. El contexto político también le suma una carga creíble de dificultades a la vez que ayuda a desarrollar sus personajes más allá de la relación amorosa. Aunque las convenciones de la comedia romántica se siguen al pie de la letra (algo muy propio del género), sus personajes y situaciones se alejan de los clichés. Hay además un acercamiento honesto al deseo homosexual, las interacciones en el sexo entre dos hombres y los conflictos de expresar su amor en un ambiente guiado por las apariencias.

Aunque este no es la primera romcom gay que ha existido, tan solo el año pasado tuvimos las divertidas Fire Island y Bros, esta es otro tipo de comedia romántica a esas: se asemeja mucho más a una película de Nancy Meyers o a Love, Simon, donde el romance predomina por sobre la comedia, el humor es mucho menos subido de tono, la gente se enamora en hermosos lugares, y te deja un sentimiento general de ternura que te hace querer verla una y otra vez.

En el apartado técnico, no hay una propuesta audiovisual tan cinematográfica, a diferencia de otros ejemplos recientes de este estilo como To All The Boys I’ve Loved Before o incluso series como Heartstopper, sin embargo no es plástica y genérica como las propuestas de Hallmark Channel. Está a la par de películas como Pasaje al paraíso en las que el peso recae casi por completo en el desarrollo de la relación y el carisma de sus estrellas, quienes son rodeados de un entorno lujoso y aspiracional de ensueño. 

Gracias a la ternura de sus protagonistas, su contexto político e irresistible trama romántica, Rojo, blanco y sangre azul es una encantadora película de amor hecha para los fanáticos de este tipo de contenido. No se sale mucho del molde en cuanto a su estructura, pero sus personajes y situaciones son suficientemente únicos para evitar caer en estereotipos. En cuanto a romcoms modernas respecta, Rojo, blanco y sangre azul tiene mi voto.

“Rojo, blanco y sangre azul” o “Red, White and Royal Blue” está disponible en Prime Video.