En su segundo largometraje de ficción, “Return to Seoul”, el director camboyano-francés Davy Chou ofrece una historia sutil sobre pertenencia, o más bien anhelo por pertenecer, que brilla gracias a la paciencia de su guion y el efectivo manejo de la frialdad de su protagonista.
Freddie Benoit (Ji-Min Park) nació en Corea del Sur, fue dada en adopción y acogida por una pareja francesa. Ahora a sus 25 años, los azares del destino la hacen regresar a su natal Seúl en donde, de manera titubeante, comienza a buscar a sus padres biológicos.
Desde aspectos políticos hasta personales, Chou maneja con mucha sutilidad los hilos de “Return to Seoul” para crear una experiencia compleja que florece en gran parte gracias a una actuación revelación de Ji-Min Park como una mujer fría que tiene poco interés en comprender y mucho menos adoptar la cultura surcoreana. Freddie se mantiene emocionalmente distante de amigos y extraños; al ser incapaz de expresar su soledad o anhelo de pertenencia, transforma su frustración en egoísmo que a su vez exacerba los contrastes culturales. Aunque no es un personaje agradable, Freddie posee una profundidad magnética e impredecible que el guion de Chou enriquece de manera casi constante, y con ayuda de cautivadoras secuencias musicales, a lo largo de las dos horas de duración del filme.
“Return to Seoul” es la historia de alguien atravesando por diversas identidades en una lucha por encontrarse y comprenderse a sí misma. ¿Es francesa o coreana? ¿Es una buena o mala hija? ¿A quién puede considerar como una parte tangible de su vida? Con ayuda de sus antecedentes en el cine documental, Davy Chou nos sumerge en un mar naturalista cuyas corrientes van y vienen, sin aparente rumbo fijo: tal y como su protagonista.
“Return to Seoul” es la selección de Camboya para el Oscar 2023 y formó parte del Festival Internacional de Cine de Chicago 2022.