En el género de terror es común encontrar historias sobre trauma, una perturbación que cobija a los personajes y que los asfixia hasta el cansancio, o incluso la muerte. Es difícil superar la pérdida de seres queridos, más cuando los fantasmas del pasado tocan a tu puerta y lo único que quieren es causar daño. Protagonizada por Sarah Snook (Succession, Pieces of a Woman), Run Rabbit Run de Daina Reed (The Handmaid’s Tale) es una película australiana con esta clase de historia.

Sarah (Snook) es una madre que debe enfrentarse a su hija Mia (Lily LaTorre), quien comienza a tener un comportamiento misterioso después de su cumpleaños número 7: dice ser Alice, la hermana de Sarah que desapareció en su niñez. Esta situación es más que complicada, en particular cuando se sabe que el padre de Sarah acaba de fallecer, mientras que su madre se encuentra en un asilo y con una salud decadente. Todo lo anterior parece sentar una historia que puede explorar la maternidad, el duelo y el trauma, pero se queda corta y se atasca en las mismas situaciones.

Con un guión de Hannah Kent, escritora de novelas galardonadas como Burial Rites (2013) y The Good People (2016), su potencial no parece trasladarse a la pantalla grande. Run Rabbit Run utiliza los tropos de thriller psicológico hasta el cansancio, como los jumpscares, animales muertos, dibujos terroríficos, pero también repite un ciclo que consiste en: Mia dice que es Alice, algo terrorífico (y predecible) ocurre y Sarah se asusta. No hay mucha profundidad ni exploración de los personajes, ni siquiera nos da información que nos ayude a entender la importancia de las situaciones y eso acaba siendo aburrido.

Hay muchos datos que solo se mencionan una vez y que bien pudieron ser potenciales para una mejor comprensión de la tragedia familiar de Sarah, como el hecho de que ella es una especialista en fertilidad o lo difícil que pudo ser la muerte de su padre. En vez de eso, el guion de Kent prefiere utilizar referencias gratuitas de Alicia en el país de las maravillas o intentos de sustos durante las conversaciones entre Sarah y Mia/Alice. Eso sí, las actuaciones de Snook y LaTorre son más que convincentes, y son de las pocas partes destacables de la cinta, así como la musicalización de Marcus Whale y Mark Bradshaw (You Won’t Be Alone) y la fotografía de Bonnie Elliott (These Final Hours).

Run Rabbit Run parece no tener sustancia, es lenta y en ocasiones sacrifica la lógica para agregar un misterio barato que no logra asustarte. Es una historia a medias, una que proyecta obvias influencias y no cuenta con personajes interesantes que mantengan la atención del espectador.

“Run Rabbit Run” está disponible en Netflix España y Estados Unidos.

Imagen de portada cortesía de Netflix.