¿Quién no conoce el narcisismo? Todos podemos identificar a una persona así, pero incluso nosotros hemos tenido ciertos momentos en donde la superioridad nos gana. El narcisismo va de la mano con el egocentrismo, es como un corazón que bombea a mil por hora para aumentar la grandeza que siente una persona insegura. Si bien Julie se sentía como “La peor persona del mundo”, ella se queda muchísimo atrás de la protagonista de “Sick of Myself” (“Enferma de mi”), comedia noruega dirigida por Kristoffer Borgli.
Signe (Kristine Kujath Thorp) tiene una relación complicada con su novio Thomas (Eirik Sæther) quien alcanza el reconocimiento gracias a su trabajo como artista. Tras observar cómo él llama la atención de todos, Signe se reta a ser más interesante para ahora tener el control de la fama. La competencia entre la pareja es notoria y chistosa, ambas son personas huecas que buscan engancharse de la popularidad a costa de su dignidad: Thomas roba muebles para crear sus obras artísticas y lo hace con ayuda de Signe, pero ella se harta cuando él se vuelve famoso; después de eso, ella decide comprar un medicamento extranjero con efectos secundarios extremadamente notorios para dañarse físicamente y así crear lástima e interés.
Inesperadamente, el body horror se vuelve parte vital de “Sick of Myself”, subgénero que se enfoca en remarcar lo peor del humano por medio de deformaciones físicas y grotescas. El equipo de maquillaje conformado por Izzi Galindo y Dimitra Drakopoulou utilizó prostéticos que ayudan a su cometido: crear asco con las grietas y el pus, además de generar un desagrado hacia el interior de Signe. El director Kristoffer Borgli (“Former Cult Member Hears Music For The First Time”) mencionó en una entrevista que su objetivo era crear una película hermosa que retratara cosas terribles, y esto se observa en el balance visual entre el body horror y la fotografía de Benjamin Loeb (“After Yang”, “Pieces of a Woman”), la cual es capturada en 35 mm y presenta los colores de manera llamativa, justo como lo que la protagonista busca desesperadamente: tener la atención de todos.
La esencia de Signe es meramente solipsista, es decir que todo lo que ella experimenta proviene de su mente y que la única cosa segura es la existencia de sí misma y de nadie más. Hay escenas cómicas que maximizan y exageran situaciones provenientes de la propia imaginación de Signe, pero el argumento de la película es tan absurdo que llegas a creer estas ilusiones, y es a través de estos momentos que “Sick of Myself” remarca la sátira hacia las personas que buscan estar en boca de todos, tomando como modelo actual a los influencers, ocupación que la protagonista busca tener.
Signe es un personaje problemático y una protagonista insoportable, pero eso solo la vuelve mucho más interesante, pues es raro encontrarnos a esta clase de personajes representados por una mujer; la actuación de Kristine Kujath Thorp (“Ninjababy”) es impecable, se adhiere a la piel de Signe y en muchos instantes te hace creer que la actriz y el personaje son un solo ente. La falsedad y la veracidad de Signe es confusa pero sumamente humana; nosotros hemos tenido momentos en donde experimentamos un impulso corrupto en ser reconocidos aunque no lo merezcamos del todo, más si hemos vivido desilusiones de forma constante.
“Sick of Myself” se puede describir como una mezcla de “Red Rocket” y “La peor persona del mundo” con un toque de David Cronenberg, pues ataca la raíz de un personaje imperfecto y lo expone física y mentalmente durante sus victorias y caídas. Divertida y terrorífica en ocasiones, esta cinta es perfecta y adecuada para la época actual, en donde los 15 minutos de fama no son suficientes para alimentar el ego creciente de una persona que no tiene nada más que demostrar, salvo la poca dignidad que posee.
“Sick of Myself” o “Enferma de mi” ya está disponible en cines españoles a través de ADSO Films y llegará a cines mexicanos bajo la distribución de Cine Caníbal.